En los hospitales estadounidenses hay una acalorada discusión que se realiza en privado. Muchos hospitales no tienen suficientes materiales de protección para doctores y enfermeros. Intentar resucitar a un paciente infectado con el coronavirus puede ser sumamente riesgoso. La discusión entonces es si deben adoptarse nuevas normativas según las cuales no se intentaría resucitar a un paciente, si hacerlo pone en riesgo la salud de los médicos.
El diario The Washington Post publicó el miércoles un reportaje en que señala que la discusión y sus posibles conclusiones no son tan sencillas como “dejar morir a uno para proteger a varios”. Los doctores están obligados por su juramento hipocrático a hacer todo lo médicamente posible para salvar cada vida. Y en algunos estados, esa obligación emana de una ley que así lo manda. Y cualquier cambio en las políticas para resucitar a un paciente cuya respiración o corazón se detiene, tiene otro factor: la opinión y deseos de los pacientes y sus familiares.
Richard Wunderink, uno de los directores del programa de cuidados intensivos del Hospital Northwestern Memorial de Chicago, dijo que administradores del hospital ya presentaron una consulta al gobernador del estado de Illinois, J.B. Pritzker, para que les ayude a aclarar el espíritu de la legislación estatal y si ésta permite el cambio de política de los hospitales.
“Es una enorme preocupación para todos”, dijo Wunderink al Washington Post. “Esto es algo sobre lo que hemos tenido muchas comunicaciones con familias, y creo que ellos están muy concientes de las graves circunstancias”.
Por ahora no ha habido ningún cambio en el Hospital Northwestern, pero sí se ha discutido adoptar una política de cero resucitaciones para los infectados de coronavirus, independientemente de los deseos de los pacientes o sus familias. Esto debido a que la enorme presión que el brote está poniendo sobre los hospitales, ha llevado a muchos a registrar escasez de materiales de protección biomédica, tales como batas, mascarillas, guantes, entre otros insumos médicos.
Modificando algunos protocolos
Conversaciones sobre el tema han tenido lugar en el Hospital George Washington, pero por ahora continuarán resucitando a enfermos del coronavirus usando procedimientos modificados tales como colocar un plástico sobre el cuerpo del paciente, que ya estaría conectado a un respirador mecánico.
En otros hospitales, como el Washington Medical Center, en Seattle, están limitando considerablemente el número de personal médico que responde cuando se detiene el corazón o los pulmones de un enfermo de coronavirus.
Algunas cadenas de hospitales están analizando normativas que le permitirían a los doctores ignorar los deseos del paciente o sus familiares en un sistema de decisiones caso por caso, basado en la falta o disponibilidad de material de protección y el riesgo de contagio, revelaron al Post, especialistas en ética involucrados en las discusiones.
Y es que la falta de recursos médicos es parte de una realidad que ha sorprendido a Estados Unidos y también a las acaudaladas sociedades de los países europeos. Italia y España encabezan actualmente los países más afectados y Europa es por ahora considerado el epicentro del brote. Se anticipa que Estados Unidos pase a ser el epicentro.
Negar entonces la atención médica a un paciente por falta de materiales de protección puede entones resultar inquietante, según R. Alta Charo, bioeticista de la Universidad de Wisconsin-Madison, pero al final es lo más pragmático.
“No ayuda a nadie si nuestros doctores y enfermeros son afectados por el virus y no pueden atendernos”, dijo. “El proceso de resucitación los pone en una situación de riesgo extremo”.
Wunderink, del Hospital Northwestern Memorial de Chicago, dijo que de los 12 casos más críticos de coronavirus que han atendido, la mayoría pasan por un proceso de deterioro gradual y no de colapso súbito, lo cual les ha permitido conversar con los familiares sobre los riesgos de una resucitación, y ha llevado a muchas familias a firmar un documento autorizando que su familiar no sea resucitado.
Bruno Petinaux, un jefe médico en el hospital de la Universidad George Washington, dice que en su hospital se ha discutido mucho sobre cómo, y si acaso del todo, resucitar a un infectado de coronavirus.
“Desde una perspectiva de seguridad uno podría argumentar que lo más seguro sería no hacer nada”, le dijo al Post. “No creo que ese sea necesariamente el enfoque correcto. Así que hemos decidido no ir en esa dirección. Lo que estamos haciendo es lo que se pueda hacer de forma segura”.
Pero esa decisión la debe tomar cada hospital en base a su disponibilidad de recursos y personal médico.