Una jueza brasileña ordenó el miércoles que los nadadores estadounidenses Ryan Lochte y James Feign no salgan del país, afirmando que dieron testimonios conflictivos en relación a un robo anteriormente esta semana.
Ryan Lochte y otros tres nadadores olímpicos estadounidenses dijeron que fueron robados a punta de pistola el domingo de madrugada por ladrones que se hicieron pasar por oficiales de policía quienes detuvieron el taxi en el que viajaban y se llevaron su dinero y pertenencias.
Lochte y sus compañeros de equipo retornaban en taxi a la villa olímpica en Río de Janeiro después de una celebración en la sede del equipo olímpico francés en el área de Rodrigo de Freitas, en una zona exclusiva en el sur de la ciudad. La celebración tuvo lugar varias horas después que culminara la competencia de natación olímpica en los Juegos de Río.
La noticia del robo pasó por una cadena de confusión entre autoridades olímpicas y funcionarios estadounidenses. Un portavoz del Comité Olímpico Internacional dijo que el informe del robo era “absolutamente no cierto”, después cambió de opinión, se disculpó y dijo que había dependido de información inicial del Comité Olímpico de Estados Unidos que era incorrecta.
La jueza Keyla Blank pidió que los pasaportes de los nadadores sean incautados mientras las autoridades investigan sus declaraciones.
Lochte, Bentz y Conger, según medios locales, se encontrarían ya fuera del país.