Cuando el coronavirus llegó a la capital de Estados Unidos y las autoridades de salud dijeron a los residentes que tenían que mantenerse a dos metros unos de los otros, la propietaria del mercado Broad Branch Market, Tracy Stannard, descubrió que su negocio iba a cambiar.
Los clientes llenaban la tienda para acumular productos.
"Nos percatamos de que se estaba haciendo muy peligroso tener tanta gente en el mercado”, dijo Stannard. “Queríamos mantenerlos afuera”.
Pero también quería seguir vendiendo sus productos, así que tuvo una idea y se puso en contacto con Starship Technologies y sus robots de distribución.
“Los robots me parecieron una gran opción”, señaló.
En un momento en que el contacto humano está considerado como un riesgo de salud, los robots pudieran ser más útiles que nunca. Sin embargo, aunque su potencial es inmenso, los robots no están aún listos para asumir ese papel, dicen los expertos.
Celebridades locales
En el vecindario del Broad Branch Market, los robots de Starship Technologies se han convertido en celebridades locales. Dondequiera que van, la gente se detiene y les sacan fotos y videos a estos artefactos blancos de seis ruedas y el tamaño de una hielera portátil que de desplazan por las aceras de Washington DC.
Son una gran promoción, pero no han salvado al negocio. “Los ingresos son ahora terribles”, dice la propietaria.
A pesar de ello no dejan de ser una ayuda. Sin ellos, “sería más duro. Yo estaría repartiendo por todas partes”.
Y los clientes aprecian que los robots les permiten mantener la distancia.
"Me encanta que viene hasta mi casa y no tengo que ir a la tienda”, dijo Rob Okum "Es muy fácil y facilita mantener la distancia social”.
En otras partes, los robots de Starship están entregando comidas de restaurantes. Otras compañías, como Kiwibot, Postmates y, por supuesto, Amazon, también están involucradas en varios tipos de entregas con robots.
Aunque esto luce como un momento oportuno, las entregas automatizadas no están repuntando.
“Actualmente hay muchos usos para la robótica, pero no he visto un aumento tremendo en esa aplicación en particular”, dijo Jeff Burnstein, presidente del grupo empresarial Association for Advancing Automation.
Las entregas por robot están solo disponibles en algunas áreas pequeñas donde las aceras y las calles no tienen muchos baches y desniveles, y las autoridades locales les permiten compartir el pavimento. También hay muchos otros métodos para entregar encargos, dijo Burnstein.
Sucio y peligroso
Los robots siempre han servido mejor para trabajos sucios y peligrosos, y la pandemia de COVID-19 les está ofreciendo nuevas oportunidades, afirma Burnstein.
Robots desinfectantes están combatiendo gérmenes en un hospital de Bélgica y rociando el metro de Hong Kong.
"Si usted está en un hospital, una oficina o un almacén, probablemente le gustará tener un robot que desinfecte para que la gente no tenga que hacerlo”, señaló Burnstein. "(El robot) lo deja todo limpio para cuando los empleados entren a trabajar”.
Los robots están ayudando a los trabajadores de la salud a mantenerse saludables al limitar su interacción con pacientes enfermos. Están entregando comida y medicinas en la India y Tailandia.
En Italia, un robot con una cámara y una pantalla táctil se coloca junto a la cama del paciente para vigilarlo mientras los enfermeros se mantienen a distancia.
Aplicaciones limitadas
Estos son, sin embargo, ejemplos aislados. Los expertos dicen que los robots pudieran estar haciendo mucho más.
“Hay tanto potencial para hacer cosas”, dijo el profesor de robótica Howie Choset, de la Universidad Carnegie Mellon. “Desafortunadamente, no tenemos los recursos para desarrollar los robots necesarios para esta pandemia en particular”.
Según Choset, el interés en desarrollar robots aumenta y disminuye con cada crisis. Por ejemplo, señaló que su equipo desarrolló un robot tipo serpiente que podía moverse entre pequeños espacios para buscar víctimas de edificios colapsados y ayudó a la Cruz Roja en la Ciudad de México tras el terremoto de 2017.
“Pero todo lo hacemos con un presupuesto limitado. Ese robot estaba en veremos hasta que sucedió el terremoto. Entonces, todo el mundo lo quería, pero dos semanas después se olvidaron de él”.
El robot necesita más trabajo, añadió, pero es difícil conseguir los fondos y tanto en las aulas como en la industria todo está en veremos.
“He visto cerrar a las compañías de robótica (…) porque es muy pronto para los mercados”, dijo Andra Keay.
Los inversionistas buscan ganancias rápidas, pero muchas compañías no están haciendo dinero todavía. Pasarán entre 10 a 15 años para que puedan perfeccionar su tecnología y sus modelos comerciales.
Por ahora, esos trabajadores futuristas siguen en el futuro.
"Este es un momento para robots”, dijo Choset, “pero hay que hacerlo con lo que tenemos”.