Mientras los demócratas tratan de contener los efectos colaterales por una embarazosa filtración de correos electrónicos, muchos en el partido tratan de cambiar la atención hacia un enemigo familiar, Rusia.
El lunes, influyentes asesores de la probable nominada demócrata Hillary Clinton tomaron la medida extraordinaria de acusar a piratas cibernéticos rusos por tratar de interferir en la elección presidencial en Estados Unidos al divulgar los correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata.
Algunos veteranos estrategas y ex asesores de Clinton sugirieron que la campaña de Hillary Clinton continuará usando el asunto para cuestionar los vínculos del nominado presidencial republicano Donald Turmp con Moscú.
WikiLeaks divulgó 20.000 correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata la semana pasada, justo antes del inicio de la Convención Nacional Demócrata que se realiza en Filadelfia.
Los mensajes electrónicos confirmaron los temores de muchos partidarios del senador por Vermont Bernie Sanders, quien había afirmado que el partido estaba empujando la balanza a favor de Clinton.
WikiLeaks, un grupo defensor de la transparencia, no reveló la fuente de los correos electrónicos filtrados. Sin embargo, muchos señalaron a Rusia, después que el Comité Nacional Demócrata dijera el mes pasado que hackers rusos habían penetrado sus sistemas.
Periodistas preguntaron al ministro de Relaciones Exteriores ruso, Segeri Lavrov, sobre el presunto involucramiento de su país en el ataque cibernético después que Lavrov habló con el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, en una reunión de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático, ASEAN, en Laos. Lavrov evitó responder directamente al asunto.
Kerry dijo a los periodistas que él había presentado a Lavrov el asunto de los correos electrónicos pirateados al Comité Nacional Demócrata, pero no dio detalles. Agregó que el FBI está investigando el asunto y sería prematuro sacar conclusiones antes de que finalice la investigación.