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Nuevos nombres surgen en tema de intervención rusa


Susan Rice y Erik Prince son dos nuevos nombres mencionados en relación a la investigación sobre la intervención rusa en las elecciones presidenciales de noviembre.
Susan Rice y Erik Prince son dos nuevos nombres mencionados en relación a la investigación sobre la intervención rusa en las elecciones presidenciales de noviembre.

La investigación sobre la intervención rusa en las elecciones presidenciales de noviembre y las comunicaciones entre el equipo de transición del presidente Donald Trump y el gobierno ruso podría tomar giros nuevos al ser relacionados tres nombres más a la maraña de contactos y revelaciones.

Uno de ellos es el de la ex embajadora de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice, el otro el de Erik Prince, fundador de la empresa de seguridad Blackwater y hermano de la secretaria de Educación, Betsy DeVos, y un tercero, es Carter Page, amigo y exasesor en política exterior del presidente Trump.

Desenmascaramiento

Rice, ex asesora de Seguridad Nacional en el gobierno de Barack Obama, es señalada por reportes publicados en Fox News, Bloomberg y otros como la posible fuente que “desenmascaró” y posteriormente filtró a la prensa los nombres de los funcionarios del equipo de transición de Trump, incluyendo el de Michel Flynn, que fueron captados de manera accidental durante el monitoreo de comunicaciones a miembros de la inteligencia rusa y otros agentes extranjeros.

Flynn tuvo que renunciar, a pedido de Trump, de su cargo de asesor de Seguridad Nacional en el que fungió solo durante un mes, por mentir sobre sus contactos con el embajador ruso ante Estados Unidos, Sergey Kislyak.

La reunión secreta

Por su parte, Prince, es señalado en un reporte exclusivo del Washington Post, como el enviado no oficial de Trump a una reunión secreta que habría sostenido con una persona muy cercana a Vladimir Putin en las remotas Islas Seychelles en el Océano Índico.

El objetivo de la reunión, realizada el 11 de enero —nueve días antes de la toma de posesión de Trump— tenía el objetivo, según el Post, de tratar de persuadir al Kremlin de alejarse de Irán y Siria, probablemente a cambio de otorgar concesiones en el tema de las sanciones impuestas a Rusia por el gobierno de Obama.

La empresa Blackwater, proveedora de servicios de seguridad, estuvo involucrada en abusos de fuerza en Irak y fue vendida por Prince posteriormente.

Red de espionaje

Page, un consultor de energía que dice haber trabajado para Gazprom, la petrolera estatal rusa, fue objeto de intento de reclutamiento hace tres años por el diplomático y espía ruso, Victor Podobnyy, imputado en relación a una red de espionaje en un tribunal de Nueva York.

La red, formada por tres personas, entre ellas Podobnyy, es acusada de recolectar información sobre las posibles sanciones que EE.UU. impuso a Rusia y, datos sobre la seguridad energética y la economía estadounidense.

Según la agencia The Associated Press, los documentos de la corte incluyen la transcripción de una conversación sobre Page (identificado como "Hombre-1" en los documentos), entre Podobnyy e Igor Sporyshev, otro de los acusados.

Los nexos

En el caso de Rice, los republicanos señalaron la necesidad de investigar si la revelación de las conversaciones y los nombres fue hecha de manera deliberada para afectar políticamente al equipo de Trump y si el presidente Obama dio la orden o supo de esas intenciones.

En el caso de Prince, aunque nunca ha sido miembro del equipo de campaña o de transición de Trump, fuentes citadas por el Post lo ubican como fuerte donante de la campaña de Trump y asesor de facto en temas de inteligencia, además de ser considerado como muy cercano al estratega de Trump, Stephen Bannon.

Y sobre Page, Trump y sus allegados han sido más bien vagos para explicar cómo llegó a ponerse en contacto con la campaña.

Un portavoz de Prince dijo en un comunicado que “Erik no ha tenido ningún papel en el equipo de transición [de Trump]”, agregando que el reporte del Washington Post es “una completa invención”.

Rice no ha hecho comentarios recientes sobre el presunto desenmascaramiento, pero CBS News reportó que ella, en su papel de asesora de seguridad, algunas veces solicitó que se le revelaran los nombres incluidos en reportes secretos de inteligencia, para comprender el contexto en el que eran mencionados.

Cuando se captan conversaciones incidentales de ciudadanos estadounidenses, se supone que sus nombres deben ser “enmascarados” —o tapados en los reportes— a menos que se trate de un tema de seguridad nacional, sean parte de una investigación criminal o si se teme por la seguridad de esos ciudadanos en alguna manera.

Aunque las solicitudes de desenmascararlos no son impropias, ni inusuales, no deberían tener que ver con la política.

El presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Devin Nunes, indicó que los nombres de los funcionarios del equipo de Trump fueron desenmascarados durante el gobierno de Obama. Nunes aparentemente recibió esa información mencionada de parte de funcionarios de la Casa Blanca.

La historia son las filtraciones

El presidente Trump ha denunciado repetidamente en su cuenta de Twitter que Obama le intervino sus comunicaciones en la Trump Tower en Nueva York, una afirmación que ha sido desmentida por el FBI, la comunidad de inteligencia y por varios congresistas y senadores tanto republicanos como demócratas.

También ha negado repetidamente que no tuvo conocimiento de que miembros de su equipo de campaña y transición hayan tenido reuniones con agentes rusos y que el tema de los posibles nexos es solo un "ardid".

El lunes, Trump reiteró en un tuit: "La verdadera historia resulta ser la VIGILANCIA [electrónica] y las FILTRACIONES! Encuentren a los soplones".

En cuanto a Page, éste reconoció el lunes en un comunicado que es cierto que “compartió información básica, inmaterial y disponible públicamente en documentos investigativos” con Podobnyy, pero describió la información como “nada más que unos pocos ejemplos, nada que ver con el material de sus clases”, que solía exponer como profesor de Política Exterior en la Universidad de Nueva York en 2013.

Los nexos entre el equipo cercano a Trump y Rusia siguen siendo investigados por el FBI y por al menos dos comisiones del Congreso. Hasta ahora un pedido de crear una investigación independiente han sido ignorados.

Rice, Prince y Page podrían ser llamados a testificar en cualquiera de las investigaciones.

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