Los periodistas, como parte de los profesionales en primera línea en momentos en que el mundo y la región se debaten por la pandemia, han sido impactados también por la crisis sanitaria actual.
Una reciente investigación, realizada por el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo y la Universidad de Toronto, aplicada a 73 periodistas de organizaciones internacionales, en junio pasado, reveló que un número significativo de profesionales que informan sobre el coronavirus “muestra signos de ansiedad y depresión”.
Según el resultado, 7 de cada 10 periodistas padecen niveles de angustia psicológica y un 26 por ciento tiene ansiedad clínicamente significativa compatible con el diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada, que incluye síntomas de preocupación, nerviosismo, insomnio, falta de concentración y fatiga.
Anabel Larriva, psicóloga con una maestría en salud mental, explicó que los datos del estudio son alarmantes. Citó, por ejemplo, la cobertura de situaciones dolorosas, que tienen que ver con el sufrimiento humano.
“El estar expuesto permanentemente a este tipo de noticias, en el que hay que comunicar algo doloroso y grave, puede –sin duda- afectar la salud emocional", dijo Larriva a la Voz de América.
Alguien que se identifica con este estudio es Eduardo Córdova, quien ejerce el periodismo en Ecuador desde hace 18 años. Hace poco, se quedó sin trabajo, producto de la crisis económica, pero antes de que eso sucediera alternó funciones entre una sala de redacción y coberturas sobre la propagación del COVID-19 en la calle. El estrés no le es ajeno.
“La preocupación se incrementa en cada día, en cada minuto, por más cuidados que uno pueda tener, con la mascarilla, con el lavado de manos”, dio Córdova en una conversación con la VOA.
Según el director ejecutivo de Fundamedios, Cézar Ricaurte, los periodistas están expuestos no solo físicamente a los efectos de la pandemia, sino emocionalmente, ya que son trabajadores de primera línea que realizan la importante labor de informar.
“El periodista cumple un rol fundamental en estos momentos, pero al mismo tiempo no tienen la protección debida, y cubren situaciones al límite, sin estar preparados emocional y tampoco físicamente”, dijo el director de esta fundación que promueve la libertad de expresión, monitorea las agresiones y riesgos que enfrentan los periodistas en América Latina desde 2007.
La encuesta reveló también que cerca del 11 por ciento de los participantes informó síntomas prominentes de trastorno de estrés postraumático, que incluyen sentimientos de culpa, miedo, ira, horror y vergüenza.
La Voz de América ha informado la situación que muchos periodistas en la región de Centroamérica viven mientras ejercen el oficio durante la pandemia.
En Nicaragua, por ejemplo, organizaciones civiles y gremios de periodistas han denunciado las dificultades que enfrentan los comunicadores para obtener datos certeros de parte de las autoridades de gobierno así como de lo expuestos que están a contagiarse del COVID-19.
(Con colaboración de Karen Sánchez y Herbert Zepeda.)