Los que esperan con mayor ilusión la llegada del presidente de Estados Unidos Barack Obama a El Salvador son los niños, que no tendrán que ir a clase los días de la visita.
También los "hermanos lejanos", como se les llama a los compatriotas que residen en Estados Unidos, y que según cifras oficiales superan los 2,8 millones de salvadoreños.
Para este grupo, la visita de Obama a territorio salvadoreño resulta de gran trascendencia, representa esperanza, tanto así que algunos incluso dejarán sus trabajos horas antes de la jornada regular para esperar buenas noticias al final de las conversaciones entre Obama y el mandatario de El Salvador Mauricio Funes.
"A las doce (del mediodía) dicen que llega. A esa hora me voy para mi casa para ver las noticias de allá (de El Salvador) y ojalá que anuncien algo bueno, como que nos van dar algún permiso legal para quedarnos aquí (en EE.UU.)", dijo Jorge Mendoza, un salvadoreño originario de San Miguel, pero quien reside en Washington desde hace más de diez años.
Moisés Barillas es otro salvadoreño que aunque está consciente de la visita del presidente estadounidense a El Salvador, sus esperanzas de que se resuelva la situación migratoria de los salvadoreños en EE.UU. son nulas. "Si no han podido hacer nada desde aquí, mucho menos van a hacer algo desde allá en El Salvador", comentó con desinterés este salvadoreño originario de la capital del país.
También a Claudia Montes le suscita "pocas expectativas" la visita. "Sabemos que las cosas no variarán demasiado, las leyes ya están escritas y poco se puede hacer. Sólo esperamos que haya ciertos beneficios de 'cortesía' por parte del gobernante ya que El Salvador se ha vuelto su aliado en varios temas de interés para la nación estadounidense".
Para Barillas la visita de Obama tiene emociones encontradas. Aunque dice estar satisfecho con el desarrollo democrático del país, sus memorias de cuando era un guerrillero en la pasada guerra civil que enfrentó El Salvador durante 12 años, le trae recuerdos que quisiera dejar en el olvido.
"Yo perdí varios amigos y hasta familia a manos de soldados estadounidenses. Los 'gringos' andaban con sus helicópteros y le disparaban a todo lo que se movía allá por el lado de Morazán, cuando nuestra lucha era por democracia, muy parecida a lo que está pasando con los árabes ahorita", razonó Barillas.
Aunque también los hay que muestran un rechazo a la visita y consideran que no reportará ningún beneficio para el país. Tal es el compromiso de Rebeca Henríquez, que considera que Obama llega "por compromiso", y que "lo que realmente se busca no es un beneficio para los salvadoreños que residimos acá sino para quienes están en Estados Unidos de manera ilegal", cuenta desde las calles de San Salvador.
Sin embargo, muchas cosas han cambiado en El Salvador desde entonces, y el presidente Obama parece reconocerlo.
"El Salvador es un ejemplo inspirador de reconciliación nacional y de reacomodo político sin violencia, todo esto destacado por la transición pacífica del poder en 2009 entre los partidos políticos que se formaron de los dos lados enfrentados en la guerra civil de los años ochenta y principios de los noventa", señaló Obama en su discurso de Chile.
El mandatario estadounidense se refiere a la victoria electoral del partido de izquierda FMLN, la ex guerrilla salvadoreña, y que ahora gobierna el país.
El ex guerrillero salvadoreño y ahora diputado del Parlamento Centroamericano Rafael Benavides, asegura que no es casualidad que el presidente Obama incluyera a El Salvador dentro de su gira por América Latina "porque es un área que está en una evolución democrática".
Pero además "es una oportunidad de abrir la cooperación de Estados Unidos al área centroamericana", en parte porque la región se "ha convertido en un área de paso de drogas, en un puente de traslado de la droga del sur a Estados Unidos y la seguridad es parte de esa situación".
Otro aspecto es "la cantidad de inmigrantes que El Salvador tiene en Estados Unidos". Para la nación centroamericana la visita representa "un reconocimiento al proceso democrático después de la firma de los acuerdos de paz" y también un apoyo para la relación "con nuestros ciudadanos que viven en Estados Unidos".
La agenda
Tras la llegada, prevista para las 11:45 a.m. (hora de Washington), Obama se reunirá con el presidente de El Salvador Mauricio Funes, luego tendrá un breve encuentro con la prensa y una cena en la noche.
El alcalde capitalino Norman Quijano anunció que le entregará a Obama las llaves de San Salvador y la declaratoria de Huésped de Honor, mientras que está previsto que toda la familia Obama visite la tumba de monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien fuera asesinado por denunciar las injusticias del entonces gobierno de El Salvador y que finalmente desató la guerra civil.
El gobierno dio asueto a los empleados públicos de la capital, mientras que muchas empresas privadas también imitaron la oferta para sus trabajadores en honor a la visita de Obama.