La exrepública soviética de Kirguistán, situada a miles de kilómetros de San Petersburgo en Asia central, identificó como ciudadano suyo al hasta ahora único sospechoso del ataque a una estación de metro en donde el martes la cifra de muertos ha aumentado a 14.
El Comité Estatal de Seguridad Nacional de Kirguistán identificó en un comunicado al supuesto agresor como Akbarzhon Dzhalilov, de nacionalidad rusa y orígenes kirguís.
Las autoridades rusas contactaron con el departamento para informar sobre el hombre, de entre 21 y 22 años, pero por el momento se desconoce su papel concreto en el incidente, explicó la agencia de inteligencia apuntando que está cooperando con Moscú en las pesquisas.
El atentado ocurrido entre dos de las líneas del subterráneo que conectan con la estación de la que la salen los trenes a Moscú, coincidió con la visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a San Petersburgo, su ciudad natal a la que había llegado para una reunión con el líder bielorruso, Alexander Lukashenko
Pero hasta ahora nadie se ha atribuido la autoría del ataque. Las autoridades dijeron que trataban lo ocurrido como un acto de terrorismo pero no había confirmación oficial de relación con algún movimiento islamista.
Interfax informó, citando a una fuente de seguridad no identificada, que restos humanos examinados en el lugar sugieren que un atacante suicida se inmoló. Agregó que la policía identificó al sospechoso kirguí relacionado con grupos islamistas declarados ilegales en Rusia.
Moscú, acoge a una gran diáspora de migrantes de Asia central que huyen de la pobreza y el desempleo en sus países para buscar trabajo en Rusia. Miles de ellos recibieron la ciudadanía rusa en las últimas décadas.
Putin visitó el mismo lunes la estación trayendo flores rojas en memoria de las víctimas del ataque. Decenas de otros residentes de la ciudad también colocaron flores blancas y rojas en las esquinas y los alféizar de ventana de la estación Plaza Sennaya.
Regreso a la normalidad
El servicio del metro de San Petersburgo se suspendió tras el ataque y las instalaciones fueron evacuadas, pero parte del sistema recuperó la actividad unas seis horas más tarde. Normalmente abarrotado durante la hora punta de la mañana, el martes parecía casi desierto ya que muchos usuarios optaron por el autocar.
"Al principio estaba realmente asustada", dijo Viktoria Prishchepova, que sí tomó el metro el martes. "No quería ir a ninguna parte en metro porque estaba nerviosa. Ayer todo el mundo estaba llamando a sus seres queridos, comprobando si estaban bien y cómo iban a regresar a casa”.
La ministra de Sanidad rusa, Veronika Skvortsova, dijo que 11 de las 14 víctimas perecieron en el lugar de las explosiones, una en una ambulancia y dos más en el hospital, agregando que 49 personas siguen hospitalizadas.
El patriarca Kirill, líder de la Iglesia ortodoxa rusa, ofició una misa el martes en la principal catedral de la capital en memoria de los fallecidos en la explosión.
"Este acto terrorista es una amenaza para todos nosotros, para toda nuestra nación", señaló en palabras recogidas por la agencia Interfax.
En las dos últimas décadas, aviones y trenes rusos han sido blanco recurrente de ataques de los que se culpó a radicales islamistas. El último confirmado ocurrió en octubre de 2015, cuando insurgentes del grupo extremista Estado Islámico derribaron un avión ruso que iba de un centro vacacional egipcio a San Petersburgo matando a las 224 personas a bordo.
"Absolutamente horrible"
El presidente Donald Trump calificó como "algo absolutamente terrible" el atentado en San Petersburgo, en Rusia.
Trump hizo la declaración el lunes en la Casa Blanca durante un almuerzo de trabajo con el presidente de Egipto, Abdel-Fattah el-Sissi. "Está ocurriendo en todo el mundo", añadió el mandatario estadounidense.
De igual manera, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó "en los términos más enérgicos el cruel y cobarde ataque terrorista".
Los miembros del Consejo "expresaron su más profundo pésame y condolencias a las víctimas del atroz acto de terrorismo y a sus familias, y a la gente y al gobierno de la Federación Rusa". En un comunicado, el Consejo expresa que "los perpetradores, organizadores, financistas y patrocinadores de esos actos reprochables" deberían ser llevados ante la justicia.
Francia entretanto, reforzó las medidas de seguridad al transporte público en la región de París. El ministro del Interior, Mathias Fekl dijo que la decisión es una "medida de precaución", tras la explosión en Rusia.
La Embajada de Francia en Rusia instó a sus ciudadanos a ejercer "la más extrema vigilancia" y a evitar el transporte público.