Las excarcelaciones del empresario colombiano vinculado al chavismo Alex Saab, 10 estadounidenses y 20 presos venezolanos que pactaron los gobiernos de Joe Biden y Nicolás Maduro, ocurridas hace un año, no dejaron beneficios políticos tangibles a la luz de la controvertida elección presidencial de julio pasado, afirman expertos.
Caracas y Washington concretaron el 20 de diciembre de 2023 un acuerdo para liberar y repatriar a Saab, un empresario que el oficialismo venezolano identificó como su enviado diplomático para asuntos humanitarios, a cambio de 10 ciudadanos estadounidenses detenidos en distintos momentos y por diferentes causas en Venezuela.
Saab fue arrestado el 12 de junio de 2020 en Cabo Verde cuando su avión aterrizó para cargar combustible y luego extraditado a finales de 2021 a Estados Unidos, cuyo gobierno lo acusó de sobornar a funcionarios venezolanos y utilizar su sistema financiero para lavar capitales.
El oficialismo venezolano calificó su detención como un “secuestro”, mientras en EEUU se le identificada como el presunto testaferro de Maduro. Según reportes extraoficiales, el canje de encarcelados se pactó en conversaciones de alto nivel en Doha, Qatar.
El arresto de Saab intensificó las tensiones entre Caracas y Washington, ya con relaciones diplomáticas rotas desde 2019, y paralizó por más de un año las negociaciones entre el gobierno de Maduro y su oposición que facilitaba Noruega en Ciudad de México.
La Casa Blanca describió la liberación de Saab como una “difícil decisión” enmarcada en la estrategia de Biden de devolver al país a sus ciudadanos detenidos “injustamente” en cualquier parte del mundo. Saab obtuvo el perdón presidencial de parte de Biden.
El acuerdo incluyó la devolución a EEUU del empresario malayo Leonard Glenn Francis, alias “Fat Leonard”, buscado por la justicia estadounidense por su implicación en sobornos a la Marina norteamericana. Washington había anunciado antes la flexibilización de algunas sanciones contra la industria energética venezolana.
Analistas consideraron entonces que el canje de detenidos mantenía vivos los acuerdos políticos alcanzados entre el chavismo y sus opositores en el marco de las negociaciones facilitadas por Noruega, que habían firmado en Barbados dos meses antes.
Esos compromisos incluían nuevas garantías electorales, como el respeto a las primarias presidenciales de la oposición, la revisión de las inhabilitaciones políticas y la realización de las elecciones de un jefe de Estado en el segundo semestre de 2024.
Parte del "paquete" de la transición
Evaluar si el canje dio o no resultados para Washington y su promoción de una agenda democrática en Venezuela se antoja “difícil” para Geoff Ramsey, analista sénior del centro de investigación y estudio de The Atlantic Council, un centro de pensamiento con sede en Washington.
El experto recomienda examinar el hecho como parte de “un paquete” que se promovió para alcanzar “concesiones” de parte de Maduro y sus aliados.
“La administración Biden no vio la presión como un objetivo en sí mismo, sino como una herramienta para tratar de obtener concesiones del gobierno de Maduro. La mayor de estas concesiones fue, sin duda, la elección que tuvo lugar el 28 de julio”, consideró.
El ente electoral venezolano dio como vencedor oficial en las elecciones presidenciales a Nicolás Maduro pero sus opositores presentaron copias del 83 % de las actas de las mesas electorales del país para afirmar que ganaron la presidencia con más de 36 % de ventaja sobre el aspirante a la reelección.
Su candidato, Edmundo González Urrutia, se exilió en España y promete regresar al país antes del 10 de enero para juramentarse para el cargo, mientras Estados Unidos y otros países, como Italia y Ecuador, lo reconocen como presidente electo de Venezuela.
Saab, por su parte, ascendió en posiciones del sector económico dentro del gabinete ejecutivo de Maduro. Primero, lo nombró presidente del Centro Internacional de Inversiones Productivas de Venezuela y dijo confiar “plenamente” en él. En octubre de este año, fue designado ministro de Industria y Producción Nacional.
Ramsey, por su parte, recuerda que la misma oposición venezolana ha reconocido que no estaría en la misma posición que ahora si el gobierno de Biden “no hubiera utilizado el levantamiento de las sanciones como una herramienta” para mantener al chavismo en la mesa de negociaciones.
De cara a la futura administración del presidente electo estadounidense Donald Trump, opina el experto, EEUU “tendrá que lidiar con las mismas limitaciones de la presión que enfrentó el gobierno de Biden” en cuanto al Ejecutivo de Nicolás Maduro.
“Estados Unidos se va a quedar con la pregunta de siempre: ¿qué puede lograr una campaña de presión, si no es exitosa en avanzar una transición a corto plazo?”, dijo Ramsey a la Voz de América.
Rompecabezas sin la pieza final
El canje pactado por Caracas y Washington hace un año arrojó resultados “de forma gradual” en un contexto de escasas concesiones políticas en Venezuela, de acuerdo con el experto en relaciones internacionales, Luis Peche Arteaga.
El oficialismo permitió el concurso de la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática y, tras la inhabilitación de dos figuras opositoras, la inscripción de una postulación consensuada, la de Edmundo González, precisó.
“El problema está cuando llegó el resultado final”, con las instituciones del Estado proclamando a Maduro ganador de la elección a pesar de no haberse publicado el desglose de la votación por estado y centros electorales, aseguró a la VOA.
“Cuando lo ves en una gran imagen, no llegaron a ese puerto final, que era una transición pacífica, eso se derrumbó por completo, es la pieza que faltó de ese rompecabezas”, afirmó Peche Arteaga, resaltando que se falló a la palabra empeñada en Qatar y Barbados.
En la actualidad, el analista dice observar “un colapso de los canales de comunicación” entre Caracas y Washington tras lo acontecido después del 28 de julio.
“El chavismo está negado a negociar con actores internacionales luego de haber recibido muchas concesiones”, como la flexibilización de sanciones económicas, la liberación de los sobrinos de la esposa de Maduro -procesados en EEUU por narcotráfico- y el canje de Saab por el grupo de estadounidenses y presos políticos venezolanos arrestados, señaló.
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