El gran tiburón blanco, uno de los depredadores más temibles de los océanos, tanto en realidad como en ficción, es una criatura formidable, hasta sus genes.
El lunes, los científicos anunciaron haber descifrado su genoma, detectando numerosos rasgos genéticos que ayudan a explicar su notable éxito evolutivo, incluidas las adaptaciones moleculares para mejorar la curación de heridas, así como la estabilidad genómica, la reparación del ADN y la tolerancia al daño del ADN.
El gran tiburón blanco, cuyo nombre científico es Carcharodon carcharias, posee un genoma muy grande, 1-1 / 2 veces más grande que el genoma humano.
En teoría, los genomas grandes con mucho ADN repetido, como este tiburón, y su gran tamaño corporal deberían promover una alta incidencia de inestabilidad del genoma, con mucho más ADN y muchas más células aparentemente vulnerables como objetivos de daño a través de una acumulación de mutaciones.
Todo lo contrario parece ser el caso de este tiburón, gracias a las adaptaciones en los genes involucrados en preservar la integridad del genoma.
"Este conocimiento, además de proporcionar información sobre cómo funcionan los tiburones en su nivel más fundamental (sus genes) también puede ser útil en aplicaciones posteriores a la medicina humana para combatir el cáncer y las enfermedades relacionadas con la edad que resultan de la inestabilidad del genoma", dijo Mahmood Shivji, director del Centro de Investigación de Tiburones de la Fundación Save Our Seas y el Instituto de Investigación Guy Harvey de la Universidad Nova Southeastern en Florida.
Esta especie, estrella del éxito de taquilla de Hollywood de 1975 "Jaws" y sus múltiples secuelas, recorre los océanos del mundo, principalmente en aguas costeras frescas.
Los tiburones son una historia de éxito evolutivo, prosperando durante más de 400 millones de años. Nuestra especie apareció hace aproximadamente 300.000 años.
El gran tiburón blanco también mostró adaptaciones genéticas en varios genes que juegan un papel fundamental en la curación de heridas.
"Estas adaptaciones y enriquecimientos de los genes esenciales para la curación de heridas pueden subyacer a la capacidad de los tiburones para curarse de las heridas de manera tan eficiente", dijo Michael Stanhope de la Universidad de Cornell, co-líder de la investigación publicada por la Academia Nacional de Ciencias.