Expertos en seguridad nacional presentaron el jueves un siniestro panorama a senadores que examinan la interferencia rusa en las elecciones de Estados Unidos en 2016.
Los especialistas invitados a la Comisión de Inteligencia del Senado, detallan el impacto mundial de las noticias falsas, las campañas de desprestigio e incluso asesinatos que dicen podrían estar vinculados con el Kremlin.
Clint Watts, un ex agente del FBI, que ahora trabaja con el Programa de Seguridad Nacional del Instituto de Investigación de Asuntos Extranjeros, dijo que la Comisión de Inteligencia del Senado debería "seguir el rastro de los cadáveres".
Watts afirmó que varios rusos vinculados con la investigación sobre las actividades de desinformación del Kremlin, han sido asesinados en los últimos tres meses, no solo en Rusia, sino en países occidentales.
Horas antes el presidente ruso Vladimir Putin, descartó las acusaciones de que su gobierno interfirió en las elecciones estadounidenses, calificándolas de "interminables y sin base" y diciendo que son parte de la lucha política interna en Estados Unidos.
Putin también dijo que está dispuesto a reunirse con el presidente Donald Trump en una próxima cumbre del Ártico.
La audiencia del jueves se ha enfocó mayormente en lo que los expertos afirman es el uso de la tecnología y la desinformación por parte del Kremlin para influenciar la opinión de los estadounidenses.
A lo largo de la campaña electoral y en lo que va de su presidencia, Donald Trump ha expresad su interés en mejorar las relaciones con Rusia. Watts dijo que teme por su vida después de hablar sobre los esfuerzos rusos.
"Estoy un poco perdido en cuando a lo que son nuestros intereses o cómo se fusionan. Mi mayor preocupación ahora es que no sé cuál es la posición de Estados Unidos sobre Rusia!, señaló el experto.
La Comisión de Inteligencia del Senado dio inicio el jueves a la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales con una fuerte advertencia de su presidente, el republicano Richard Burr: “Si politizamos esto, nuestro esfuerzo probablemente fracasará”.
Burr se refería al intento similar en la Cámara de Representantes, en que la desconfianza hacia su presidente, Devin Nunes, por parte de los demócratas ha detenido la investigación.
El senador demócrata, Mark Warner, hizo eco del comentario de Burr y se comprometió a trabajar juntos de manera bipartidista.
“Es vitalmente importante que hagamos esto de manera transparente”, señaló. “Es nuestro deber averiguar si hay fuego donde hasta ahora ha habido mucho humo”, dijo en referencia la evidencia, en gran parte circunstancial, de que hubo contactos entre miembros de los equipos de campaña y de transición del presidente Donald Trump y agentes del Kremlin, o tal vez una confabulación, como sospechan muchos demócratas, entre ambos para influenciar la elección.
De acuerdo a Watts, uno de los tres panelistas invitados a la sesión matutina en la Comisión, Rusia, como parte de sus esfuerzos, buscó afectar a ambos lados del espectro político estadounidense desde “mucho antes de que el campo de candidatos se estrechara” en las primarias.
“El senador [Marco] Rubio, en mi opinión y de manera anecdótica, sufrió de estos esfuerzos”, aseguró Watts.
Cada uno de los expertos académicos —los otros fueron el profesor de la Universidad Georgetown, Roy Godson, y el director del programa Rusia y Euroasia del Carnegie Endowment, Eugene Rumer— dijeron que los rusos usaron un tipo de combinación de “medidas activas” o técnicas encubiertas y abiertas para influenciar las elecciones.
Pero como dijo Rumer, “es la totalidad de los esfuerzos rusos a simple vista para confundir, desinformar, y exagerar lo que se vuelve más convincente que una ciberhuella”.
Entre esas medidas “abiertas”, Rumer mencionó al servicio de noticias ruso RT, los “troles” de la internet y las noticias falsas que son, según dijo, “parte integral de la política exterior rusa de hoy en día”.
La Comisión del Senado continuará realizando audiencias durante toda la semana.