El expresidente ecuatoriano Rafael Correa fue sentenciado este martes a una pena de ocho años de cárcel luego de que un tribunal lo declarara culpable del delito de cohecho en el denominado Caso Sobornos 2012-2016.
El exvicepresidente Jorge Glas, quien cumple una condena en un centro de rehabilitación localizado en el centro del país, también fue sentenciado a la misma pena, al igual que otros antiguos colaboradores de su gobierno, como el exsecretario jurídico de la Presidencia Alexis Mera, el exsecretario de la Administración Vinicio Alvarado, los exasambleístas Viviana Bonilla y Christian Viteri y los exministros María de los Ángeles Duarte y Walter Solís.
La decisión fue anunciada luego de una audiencia celebrada –vía telemática- en una de las salas de sesiones de la Corte Nacional de Justicia, en Quito, en momentos en que se cumple en este país el estado de emergencia sanitaria, vigente desde el pasado jueves 12 de marzo.
El testimonio de Pamela Martínez, exfuncionaria de la Presidencia de la República, fue determinante para la decisión judicial.
De acuerdo con su versión, ella fue intermediaria para la recepción y entrega de dinero procedente de empresas privadas para el financiamiento de la agrupación política del exmandatario, a cambio de beneficiarse con contratos con el Estado. Una de las compañías señaladas en este caso es la brasileña Odebrecht.
Según la decisión del tribunal, Martínez –privada de su libertad desde el año pasado- deberá cumplir una pena de 38 meses de cárcel, que se considera más benigna, como beneficio por la denominada “cooperación eficaz”.
La sentencia incluye la pérdida de los derechos de participación de los condenados, una vez que se ejecute, por el tiempo de 25 años, lo que implicaría la imposibilidad de que el expresidente ecuatoriano, quien vive en Bélgica, participe en las próximas elecciones generales, programadas para 2021.
Una vez que se hizo pública la sentencia, Correa –a través de su cuenta de Twitter- expresó: “esto era lo que buscaban: manejando la justicia lograr lo que nunca pudieron en las urnas. Yo estoy bien. Me preocupan mis compañeros…”.
En un mensaje anterior, Correa se había comparado con Lula da Silva, Cristina Fernández y Evo Morales, quienes lideraron gobiernos de izquierda en países latinoamericanos antes de acabar rindiendo cuentas ante la Justicia.