El escándalo relacionado con dos agentes del Servicio Secreto que presuntamente provocaron un accidente cuando manejaban borrachos se agravó al asegurarse que durante el mismo irrumpieron en el sitio donde se investigaba la posibilidad de una bomba cerca de la Casa Blanca.
Los dos agentes —incluido Mark Connolly, el segundo más importante entre los guardaespaldas que protegen a Obama— habían estado con otros colegas bebiendo en un bar la semana pasada cuando regresaron a la Casa Blanca en un automóvil del gobierno, dijo un funcionario federal.
El vehículo ingresó a un área a la que el Servicio Secreto ya había restringido el acceso pues estaba investigando un paquete sospechoso y había clausurado el acceso a la Casa Blanca.
El periódico The Washington Post, que primero informó sobre el incidente, reportó que los nuevos detalles del incidente surgieron de los registros policiales obtenidos por el periódico.
El escándalo ha enfurecido a los legisladores encargados de supervisar a la agencia a tal punto que se han preguntado si el recién nombrado director del Servicio Secreto, Joseph Clancy, es capaz de recuperar el prestigio de la agencia.
Clancy dijo a los legisladores que él se enteró del incidente hasta el lunes, cinco días después de haber sucedido. Por su parte, los legisladores se enteraron hasta que leyeron el periódico.
El principal republicano y el principal demócrata en el panel de la Cámara de Representantes para la supervisión de la agencia unieron fuerzas para decir que, aunque muchos de los líderes más importantes del Servicio Secreto ya han sido reemplazados, "este incidente exige plantearse la pregunta de si eso es suficiente".
"Es evidente que este incidente es una llamada de atención importante", dijo el demócrata, el representante Elijah Cumings de Maryland
"El punto final es que el Servicio Secreto necesita ser reestructurado", coincidió el senador demócrata Chuck Schumer, de Nueva York, miembro de la Comisión de Asuntos Jurídicos del Senado. "Lo que ocurrió el otro día muestra que nos falta mucho por recorrer y que la reestructuración se requiere pronto y muy a fondo".
No obstante, la Casa Blanca indicó que Obama todavía tiene confianza absoluta en Clancy, y lo describieron como el hombre adecuado para corregir los problemas.
"Nadie tiene estándares más elevados para el Servicio Secreto que el director Clancy", dijo Eric Schultz, portavoz de la Casa Blanca.
Obama conocía personalmente a los dos agentes. Ambos han sido reasignados a empleos no operativos en los que no tienen que supervisar a nadie.