El exdirector de Seguridad Nacional de Corea del Sur, Suh Hoon, fue arrestado el sábado por un presunto encubrimiento en torno al asesinato por parte de Corea del Norte de un funcionario de pesca surcoreano cerca de la frontera marítima de los rivales, en 2020.
El arresto de Suh Hoon la madrugada del sábado se produjo en medio de la investigación por parte del gobierno conservador del presidente Yoon Suk Yeol sobre el manejo de ese asesinato por parte de su predecesor liberal y otro incidente fronterizo el mismo año, casos que generaron críticas de que Seúl estaba tratando desesperadamente de apaciguar al Norte para mejorar las relaciones.
El expresidente Moon Jae-in, quien apostó su único mandato al acercamiento intercoreano antes de dejar el cargo en mayo, reaccionó con enojo ante la investigación de las acciones de Suh. Moon emitió un comunicado esta semana acusando al gobierno de Yoon de plantear acusaciones infundadas y politizar asuntos de seguridad delicados.
El juez Kim Jeong-min del Tribunal del Distrito Central de Seúl concedió la solicitud del fiscal de arrestar a Suh por la preocupación de que pueda intentar destruir pruebas, dijo el Tribunal en un comunicado. Suh no respondió a las preguntas de los periodistas sobre las acusaciones el viernes cuando compareció ante el tribunal para una revisión de la solicitud de orden de la fiscalía.
Una investigación anterior de la Junta de Auditoría e Inspección de Corea del Sur concluyó que los funcionarios del gobierno de Moon no hicieron ningún intento significativo por rescatar a Lee Dae-jun después de enterarse de que el funcionario de pesca de 47 años estaba a la deriva en aguas cercanas al límite marítimo occidental de Corea en septiembre de 2020.
Después de confirmar que Lee había sido asesinado a tiros por las tropas de Corea del Norte, los funcionarios jugaron públicamente con la posibilidad de que hubiera intentado desertar a Corea del Norte, citando sus deudas de juego y problemas familiares, mientras ocultaban pruebas que sugerían que no tenía esa intención, dijo la Junta de Auditoría en un informe de octubre.
Suh también se desempeñó como jefe de espionaje de Moon antes de ser nombrado director de Seguridad Nacional dos meses antes del asesinato. Se enfrenta a sospechas de que utilizó una reunión del gabinete para instruir a los funcionarios a eliminar los registros de inteligencia relacionados con el incidente mientras el gobierno elaboraba una explicación pública de la muerte de Lee.
También se sospecha que Suh ordenó al Ministerio de Defensa, al Servicio Nacional de Inteligencia y a la Guardia Costera que presentaran a Lee como un intento de desertar en sus informes sobre el asesinato.
Los críticos dicen que el gobierno de Moon hizo todo lo posible para pintar a Lee como antipático mientras intentaba apaciguar a un rival con armas nucleares y un historial brutal de derechos humanos.
En junio, el Ministerio de Defensa y la Guardia Costera revirtieron la descripción del incidente del gobierno de Moon, diciendo que no había evidencia de que Lee hubiera intentado desertar.
El Partido Demócrata de Moon emitió un comunicado criticando el arresto de Suh, diciendo que las sospechas de que podría destruir evidencia no eran razonables ya que “todos los materiales están en manos del gobierno de Yoon Suk Yeol”.
“El Ministerio de Defensa, la Guardia Costera, el Servicio Nacional de Inteligencia y otras agencias relacionadas con la seguridad emitieron un juicio sobre el incidente del Mar Occidental en función de un análisis de la información y las circunstancias”, dijo el partido en un comunicado y llamó a la investigación una especie de vendetta política.
El gobierno de Yoon está investigando por separado la repatriación forzada de dos pescadores norcoreanos en 2019, a pesar de su deseo informado de reasentarse en Corea del Sur.
En julio, el Servicio Nacional de Inteligencia presentó cargos contra Suh y su sucesor, el jefe de espionaje, Park Jie-won, por presunto abuso de poder, destrucción de registros públicos y falsificación de documentos relacionados con los dos casos.
La agencia acusó a Park, quien se desempeñó como su director hasta mayo, de ordenar la destrucción de informes de inteligencia sobre la muerte de Lee. También acusó a Suh de cerrar por la fuerza una investigación sobre las circunstancias que rodearon la repatriación en 2019 de los dos pescadores norcoreanos capturados en aguas de Corea del Sur.
Los críticos dicen que el gobierno de Moon nunca proporcionó una explicación clara de por qué envió a los dos fugitivos de regreso al Norte para enfrentar una posible ejecución. Los funcionarios de Moon describieron a los hombres como criminales que confesaron haber asesinado y cuestionaron la sinceridad de su deseo de desertar.
Docenas de organizaciones internacionales, incluida Human Rights Watch, emitieron una declaración conjunta acusando al gobierno de Moon de no brindar el debido proceso o de “proteger a cualquier persona que estaría en riesgo sustancial de tortura u otras violaciones graves de derechos humanos después de la repatriación”.
Moon dejó el cargo con poco que mostrar por sus esfuerzos de compromiso con el Norte y las investigaciones sobre los dos incidentes han empañado aún más su legado.
Moon se reunió con el líder norcoreano, Kim Jong Un, tres veces en 2018 y presionó mucho para organizar las reuniones de Kim con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, como parte de los esfuerzos para desactivar el enfrentamiento nuclear y mejorar los lazos intercoreanos.
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