El régimen sirio habría dispersado por 20 zonas del país cientos de toneladas de armamento no convencional, según reportaron testigos que afirman haber visto los informes de las agencias de inteligencia de Occidente, al diario estadounidense The Washington Post.
Según el diario, los servicios secretos encontraron que la reserva de armas químicas de al-Assad es mucho más grande de lo previsto. De acuerdo a los funcionarios, gracias al colapso del régimen en varias ciudades sirias, EE.UU. pudo realizar una mayor investigación sobre los depósitos.
Los investigadores creen que el arsenal sirio contiene una gran cantidad de armas químicas, entre ellos, cantidades considerables de gas sarín listo para usar y agentes químicos que pueden ser lanzados en proyectiles y cohetes.
De igual manera, las fuentes afirmaron al diario que aunque las autoridades están monitoreando los sitios, aún no se han identificado todos los depósitos del arsenal, lo cual ha desatado el temor de que los venenos puedan ser robados o utilizados por las tropas sirias para atacar a los civiles.
Los investigadores explicaron a The Washington Post que Rusia y Corea del Norte ayudaron a Siria a construir las instalaciones, que no son detectables desde satélites, y a los que es difícil llegar a causa de los combates entre el ejército y los rebeldes
Ante este panorama, las agencias de inteligencia han dedicado gran cantidad de recursos para hallar los depósitos, al tiempo que idean planes para proteger los arsenales, si la guerra civil en Siria empeora.
Según el diario, los servicios secretos encontraron que la reserva de armas químicas de al-Assad es mucho más grande de lo previsto. De acuerdo a los funcionarios, gracias al colapso del régimen en varias ciudades sirias, EE.UU. pudo realizar una mayor investigación sobre los depósitos.
Los investigadores creen que el arsenal sirio contiene una gran cantidad de armas químicas, entre ellos, cantidades considerables de gas sarín listo para usar y agentes químicos que pueden ser lanzados en proyectiles y cohetes.
De igual manera, las fuentes afirmaron al diario que aunque las autoridades están monitoreando los sitios, aún no se han identificado todos los depósitos del arsenal, lo cual ha desatado el temor de que los venenos puedan ser robados o utilizados por las tropas sirias para atacar a los civiles.
Los investigadores explicaron a The Washington Post que Rusia y Corea del Norte ayudaron a Siria a construir las instalaciones, que no son detectables desde satélites, y a los que es difícil llegar a causa de los combates entre el ejército y los rebeldes
Ante este panorama, las agencias de inteligencia han dedicado gran cantidad de recursos para hallar los depósitos, al tiempo que idean planes para proteger los arsenales, si la guerra civil en Siria empeora.
