El conflicto en Siria sigue sin un final visible tras haber cobrado 200 mil muertos, un millón de heridos y desplazado a casi la mitad de su población.
Sin embargo, tras el triunfo republicano en las elecciones de noviembre, algunos analistas sugieren que el próximo año el Congreso podría de EE.UU. tomar una postura más agresiva tanto contra el grupo extremista Estado islámico como contra el régimen de Bashar al-Assad.
Valerie Amos, oficial superior de socorro de la ONU, dijo recientemente al Consejo de Seguridad que se había "quedado sin palabras" para explicar plenamente la "brutalidad, violencia y cruel desprecio por la vida humana" que ocurre en Siria hoy.
"Las partes en el conflicto continúan ignorando los más elementales principios de humanidad", dijo Amos. "En muchas partes de Siria, el nivel de violencia ha empeorado, con civiles pagando fuertemente con la pérdida de vidas, lesiones graves, trauma psicológico, desplazamiento continuo y recurrente y enormes daños a la propiedad y la infraestructura".
Nueva estrategia
En septiembre, el presidente estadounidense Barack Obama anunció una doble estrategia para degradar y destruir al EI en Siria e Irak.
En Siria, EE.UU. y, en menor medida, cinco aliados árabes han llevado a cabo ataques aéreos dirigidos contra EI, sobre todo en Kobani, cerca de la frontera con Turquía.
Pero el impacto de estos ataques puede ser más psicológico que otra cosa, según el experto en terrorismo de la Universidad Northeastern, Max Abrams.
"Creo que nuestro poder aéreo fue efectivo, quizás no degradando significativamente al EI, pero lo más importante perforando su aura de invencibilidad", dijo.
El segundo componente de la estrategia –formación y armado de rebeldes "moderados" – no comenzará hasta marzo de 2015.
Sin embargo, los analistas dijeron que puede ser difícil encontrar socios dispuestos a trabajar con EE.UU.
"Estamos hablando de unos $500 millones de dólares para entrenar a unos cinco mil combatientes", dijo Hamid. "Cuando estamos hablando de un teatro militar con más de 100 mil combatientes, cinco mil efectivos es sólo una gota en el mar".
¿Nuevo Congreso, nueva política?
El reciente triunfo legislativo de los republicanos en noviembre, que les permitirá controlar ambas cámaras del Congreso de EE.UU., podría cambiar la ecuación, según Abrams.
El senador republicano John McCain, un fuerte crítico de la política en Siria de Obama, asumirá la presidencia de la poderosa Comisión de Servicios Armados en enero.
Tanto McCain como el senador republicano Lindsey Graham han pedido a la administración "apoyar y potenciar el Ejército Libre Sirio " más agresivamente, mediante la creación de zonas de seguridad protegidas por zonas de exclusión aérea en Siria.
Además, han pedido "más efectivos sobre el terreno, ataques más vigorosos, más fuerzas especiales, armando aún más las fuerzas peshmerga kurdas".
Sobre todo, comparten la afirmación turca de que los extremistas no serán derrotados mientras Assad permanezca en el poder.
"El comodín es cómo los demócratas reaccionen", dijo Andrew J. Tabler, investigador principal en el programa del Instituto Washington para Política Árabes. "Y allí tenemos a Hillary Clinton, hasta ahora posible candidata del partido en las próximas elecciones, quien ha estado diciendo que ella abogó por haber hecho más antes, que debería haber sido un programa más robusto y que Obama perdió esa ventana [para actuar]".
"En general, los republicanos será más duros. Los demócratas quieren limitar a Obama en términos de su capacidad para utilizar fuerzas terrestres”, dijo por su parte Abrams.
Tabler cree que los republicanos finalmente presionarán a Obama para que haga más en Siria.
"El problema es que cuanto más tiempo esto continúa, y los yihadistas se apoderan de más terreno en Siria e Irak (…), menos tenemos para trabajar allá", dijo.
"Creo que esta guerra ya no es sólo acerca de Siria o Irak o el EI. Es algo más grande y peligroso", concluyó.