El rey Abdalá de Jordania dijo que el presidente de Siria, Bashar al-Assad, debería renunciar, con lo cual se convirtió en el primer líder del mundo árabe en reclamar la salida del mandatario sirio desde que comenzara la brutal represión contra las manifestaciones que se iniciaron hace ocho meses.
En una entrevista ofrecida a la BBC, el rey Abdalá dijo que si estuviera en la posición de al-Assad renunciaría y crearía la forma de que los sirios inicien "una nueva fase en la vida política del país".
Mientras tanto, el gobierno de Siria acusó a la Liga Árabe de tomar un "paso peligroso" al votar en forma casi unánime la suspensión de la participación siria en el bloque debido a la mortales represión aplicada por el gobierno de Bashar al-Assad, contra el levantamiento civil.
En una conferencia de prensa ofrecida este lunes 14 de noviembre de 2011, el ministro de Relaciones Exteriores sirio, Walid al-Moallem dijo que la votación realizada el pasado sábado 12 de noviembre "no es legítima", debido a que la moción de suspender a Siria no fue aprobada en forma unánime por los 22 miembros del bloque.
En la votación dieiciocho naciones lideradas Arabia Saudita y Qatar, votaron para sancionar al gobierno de al-Assad, mientras que Siria, Libamo y Yemen se opusieron e Irak se abstuvo.
Reacción de EE.UU.
El Departamento de Estado de EE.UU. informó este lunes que Estados Unidos seguiría buscando maneras de presionar al gobierno de Siria para que ponga fin a la represión y violencia.
El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, destacó la importancia de la decisión de la Liga de Naciones Árabes de suspender a Siria como miembro de esa organización, pero subrayó que la presión no debe cesar:
“Seguiremos buscando formas de aplicar presiones económicas, continuaremos buscando maneras de llamar la atención del mundo a lo que ocurre en Siria", afirmó. "Los observadores internacionales podrían ser una forma de aumentar esa presión sobre el gobierno sirio. No queremos ver más violencia en ese país”.
Votan más sanciones en Bruselas
A la vez, en Bruselas, los ministros de la Unión Europea acordaron este lunes extender las sanciones que el bloque ya ha dispuesto contra Siria, a 18 personas sospechosas de estar vinculadas con el gobierno de al-Assad.
Las 27 naciones europeas decidieron también impedir que Siria pueda acceder a los fondos que dispone en el Banco de Inversiones Europeo.
El ministro de relaciones exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, reafirmó el apoyo de Rusia al presidente sirio Bashar al-Assad y dijo que Rusia se opone a la sanción de la Liga Árabe.
En cambio China dijo que es importante que Siria implemente el plan de paz de la Liga Árabe.
También el canciller de Turquía, Ahmet Davutoglu, dijo que el gobierno turco tomará una "posición decidida" en futuros ataques contra las misiones diplomáticas en Siria y que Turquía estaría de lado del derecho del pueblo sirio contra el gobierno de al-Assad.
La decisión de la Liga Árabe desató una reacción violenta por parte de los seguidores del presidente Bashar al-Assad, quienes atacaron las embajadas de Arabia Saudita, Qatar y Turquía, aunque este último no es miembro de la Liga Árabe, aunque sí un crítico el gobierno de al-Assad por sus ataques contra los manifestantes.
