El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instó a Rusia a detener los bombardeos contra rebeldes "moderados" en Siria que buscan apoyar a su aliado Bashar al-Assad.
En una conversación telefónica con su homólogo ruso, Vladimir Putin, el sábado, los dos líderes discutieron “las decisiones y acuerdos de la reunión del Grupo de Apoyo Internacional a Siria del 11 de febrero, y la necesidad de implementar rápidamente un acceso humanitario a las áreas sitiadas de Siria”, según se consignó en un comunicado de la Casa Blanca.
Las grandes potencias globales acordaron el viernes un limitado cese de las hostilidades en Siria, pero el acuerdo entrará en vigor a fines de la semana y no fue firmado por las partes involucradas en el conflicto: el Gobierno de Assad y las numerosas facciones rebeldes que lo combaten.
Los bombardeos rusos dirigidos hacia grupos rebeldes están ayudando al ejército sirio a estar muy cerca de lograr la que podría ser su mayor victoria de la guerra en la batalla por Alepo, la ciudad más grande del país y un centro comercial antes del conflicto.
Rusia ha dicho que el cese al fuego no se aplicará a los ataques aéreos, cuyos objetivos principales, según asegura, son el grupo Estado islámico y el brazo de al-Qaeda, el Frente al-Nusra.
El domingo, en Múnich, el senador John McCain, fuerte critico del papel de Rusia en el conflicto sirio, dijo que Putin “no está interesado” en asociarse al esfuerzo internacional pro detener la guerra en Siria.
“Quisiera estar equivocado”, dijo McCain, “pero creo que la guerra en Siria va a continuar, gente inocente seguirá muriendo, la credibilidad y la influencia de Occidente seguirá disminuyendo, los refugiados seguirán llegando y los terroristas continuarán entrando”.