El director de la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas sobre Siria dijo el jueves que Siria está en un “encarnizado y sangriento estancamiento”, mientras países con la capacidad de presionar por una solución política a los cuatro años de guerra civil del país alientan el combate, en lugar de trabajar por la paz.
En un artículo de opinión en el diario británico The Guardian, Paulo Pinheiro, destaca el costo humano de un conflicto que ha hecho huir del país a cuatro millones de refugiados, presionado a otros 7,6 millones a abandonar sus casas en Siria y ha destruido escuelas y hospitales por una amplia gama de combatientes que están compitiendo.
El conflicto que comenzó como protestas pacíficas contra el gobierno del presidente Bashar al-Assad en marzo de 2011 evolucionó hacia una guerra civil con los rebeldes, fuerzas del gobierno y militantes del grupo Estado Islámico, todos batallando por el territorio. Más de 220.000 personas han muerto.
La ONU ha patrocinado dos rondas de conversaciones de paz el año pasado en Ginebra, pero las reuniones fracasaron en lograr un progreso real en poner fin a la violencia.
Pinheiro dice que la respuesta del mundo es ahora “expresiones de compasión” que no hace nada para lograr la meta de la paz.
El funcionario de la ONU reiteró llamados a que la situación en Siria sea referida a la Corte Penal Internacional y que gobiernos con influencia entre las varias partes en Siria tomen las medidas necesarias para presionar por negociaciones.
