Por lo menos 31 personas murieron y decenas más resultaron heridas en la nororiental ciudad siria de Qamishli, después que dos bombas estallaron cerca de la frontera turca el miércoles.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Londres, dijo que uno de los explosivos estaba dirigido a un edificio del gobierno que alberga la sede de seguridad de la administración kurda que controla el área que rodea Qamishli.
El grupo Estado islámico se atribuyó responsabilidad por el ataque en una declaración publicada en su sitio web de noticias, diciendo que había atacado a las fuerzas de seguridad kurdas.
ISIS está luchando contra la milicia kurda YPG y ha llevado a cabo ataques similares en el área en el pasado.
Una explosión suicida mató a seis miembros de la fuerza de seguridad interna kurda, conocida como Asayish, en abril. En julio, un atacante suicida de ISIS mató por lo menos 16 personas en Hasaka.