La secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, se reunió en Dublín, Irlanda, con el canciller ruso, Sergei Lavrov, y con el enviado especial de la ONU, Lakhdar Brahimi, en un esfuerzo de último momento para discutir opciones que pongan fin al conflicto en Siria.
La reunión tuvo efecto en medio de crecientes temores de que el presidente sirio, Bashar al Assad, ante el avance de las fuerzas rebeldes y el desmoronamiento de su régimen recurra a su arsenal de armas químicas.
“Los sucesos sobre el terreno en Siria se están acelerando, y vemos eso de diferentes formas. La presión contra el régimen en Damasco y en sus alrededores parece ir en aumento”, dijo Clinton antes del encuentro.
Al término de la reunión, Brahimi dijo a la prensa que se discutió “cómo iniciar un proceso que prevenga una mayor escisión en Siria (..) no tomamos decisiones sensacionales”, acotó.
Esta semana, la cadena CNN reportó que fuerzas sirias que se enfrentan a los rebeldes habían empezado a combinar químicos que podrían usarse para colocar en armamentos el mortal gas sarín, mientras que NBC reportó que Siria estaba añadiendo armas químicas a bombas.
El vicecanciller sirio, Faisal Mekdad, rechazó tales reportes el jueves y dijo que “Siria nunca usaría armas químicas, incluso si las tuviera, contra su propio pueblo”, y afirmó que los países occidentales estaban aludiendo al asunto como una excusa para intervenir.
Ante las crecientes versiones de que el régimen sirio está mezclando y trasladando componentes de esa naturaleza, el Pentágono advirtió a Damasco que se atenga a las consecuencias si desata un ataque con armas químicas.
“Todo el mundo está vigilando. Habrá consecuencias si el régimen de Assad comete la terrible equivocación de usar armas químicas contra su propio pueblo”, dijo el secretario de Defensa de EE.UU., Leon Panetta.
La reunión tuvo efecto en medio de crecientes temores de que el presidente sirio, Bashar al Assad, ante el avance de las fuerzas rebeldes y el desmoronamiento de su régimen recurra a su arsenal de armas químicas.
“Los sucesos sobre el terreno en Siria se están acelerando, y vemos eso de diferentes formas. La presión contra el régimen en Damasco y en sus alrededores parece ir en aumento”, dijo Clinton antes del encuentro.
Al término de la reunión, Brahimi dijo a la prensa que se discutió “cómo iniciar un proceso que prevenga una mayor escisión en Siria (..) no tomamos decisiones sensacionales”, acotó.
Esta semana, la cadena CNN reportó que fuerzas sirias que se enfrentan a los rebeldes habían empezado a combinar químicos que podrían usarse para colocar en armamentos el mortal gas sarín, mientras que NBC reportó que Siria estaba añadiendo armas químicas a bombas.
El vicecanciller sirio, Faisal Mekdad, rechazó tales reportes el jueves y dijo que “Siria nunca usaría armas químicas, incluso si las tuviera, contra su propio pueblo”, y afirmó que los países occidentales estaban aludiendo al asunto como una excusa para intervenir.
Ante las crecientes versiones de que el régimen sirio está mezclando y trasladando componentes de esa naturaleza, el Pentágono advirtió a Damasco que se atenga a las consecuencias si desata un ataque con armas químicas.
“Todo el mundo está vigilando. Habrá consecuencias si el régimen de Assad comete la terrible equivocación de usar armas químicas contra su propio pueblo”, dijo el secretario de Defensa de EE.UU., Leon Panetta.