Cuando Stephanie Frappart dio el pitazo inicial el jueves en el césped del estadio Al Bayt, se convirtió en la primera mujer que arbitra un partido del Mundial masculino, completando así una trayectoria que comenzó hace casi 30 años en las afueras de París.
La francesa de 38 años, que llevó las riendas del último partido del Grupo E entre Alemania y Costa Rica, jugó al fútbol entre los 10 y los 13 años en Herblay-sur-Seine antes de cambiar de camino para convertirse en árbitro.
"Vi a Steph correr alrededor del estadio, 12 kilómetros, dos o tres veces a la semana para estar al nivel que tiene ahora en el campo", dijo Philippe Calve, expresidente del FC Herblay-sur-Seine, el jueves a Reuters.
"Si quieres arbitrar partidos masculinos, más vale que estés a tope a nivel físico. Y ella ha hecho lo necesario para estar físicamente en lo más alto", agregó.
Frappart se convirtió en la primera mujer en arbitrar un partido de la Ligue 1 francesa en 2019, y en la primera mujer en oficiar un partido de la Liga de Campeones masculina en 2020.
El año pasado se convirtió en la primera mujer en dirigir un partido de clasificación al Mundial.
"Este era el último punto de la lista de cosas que podía hacer, ha estado batiendo todos los récords desde el principio. Trabaja mucho. Tenía el objetivo de ir al Mundial masculino y lo ha conseguido gracias a sus cualidades y su trabajo", añadió Calve. "Estamos muy orgullosos. Ayer le envié un mensaje, como siempre, para decirle que estaría a la altura".
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