Un 15,6% de adolescentes hispanas han intentado suicidarse en Estados Unidos, una cifra que es calificada como alarmante por expertos y legisladores.
En comparación, un 10,7% de adolescentes afroamericanas y un 8,5% de adolescentes blancas han intentado acabar con sus vidas, según datos del 2013 de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).
Entre jóvenes hispanas problemas de salud mental y depresión son más comunes que entre otros grupos debido a ciertos factores como el choque entre los valores culturales tradicionales que les enseñan en casa y los de éxito profesional que aprenden en las escuelas, altos índices de pobreza en el hogar, una baja autoestima y la presión por lograr una cierta imagen física, entre otras razones.
Congresistas como Nydia Velázquez, psicólogas de varias universidades, funcionarias y activistas de la organización Comunilife, ayuda a familias de bajos ingresos en temas de salud, discutieron el tema el lunes en Brooklyn.
Velázquez hizo clara la necesidad de que Washington destine más recursos para ayudar a programas, recalcando la importancia de que las escuelas trabajen con organizaciones como Comunilife.
La congresista agregó que las hispanas necesitan apoyo de especialistas bilingües que puedan entender las diferencias culturales.
"Yo misma lo he vivido", dijo Velázquez, quien padeció depresión hace años. "Estas mujeres no deben sentirse aisladas. Culturalmente, pueden sentir que no encajan".
Según el CDC un 26% de adolescentes hispanas han considerado seriamente el suicidio, en comparación con un 18,6% de afroamericanas y un 21% de blancas.
La situación es más crítica debido a que la cifra de hispanas que ha considerado seriamente el suicido creció un 5% desde 2011, según la institución.
