Los orígenes del zapato alto y sus conexiones con la clase alta se remonta a los siglos XVI y XVII.
“A finales y mediados del siglo XVIII, algunos de los símbolos de la aristocracia y de los altos estratos sociales, se reinventan como símbolos de feminidad, de feminidad de elite, pero feminidad”, dijo Valerie Steele, directora del Museo de la Moda de Nueva York a voanoticias.com
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La escritora y especialista en historia de la moda, dice que la transformación de la estructura socio económica hacia el capitalismo y la democracia, fue el momento en que no solo los zapatos altos, sino también los adornos y los encajes, los colores desaparecieron del armario masculino.
Desde entonces el zapato alto ha tenido muchas connotaciones.
“Los tacones son unos zapatos muy seductores. Y es seductor por su construcción, pero también es seductor por los hombres en nuestras vidas. Cuando se pone unos tacones, una persona diferente aparece. Acentúa lo positivo y a los hombres les gusta mucho esto”, explicó Ellen Goldstein profesora del Instituto de la Moda en Nueva York.
“Es una obra de arte, un rascacielos de 15 centímetros”, dice Goldstein refiriéndose a los tacones stiletto y que con su delgado diseño pueden sostener el peso de un cuerpo.
Sobre el diseño y cómo acentúa la líneas de quien los usa, Stella Bonds explica que “fueron diseñadores hombres quienes determinaron que esta línea era bonita”.
Pero según Valerie Steele, esto no es más que coincidencia en la trayectoria de la los momentos de la historia, la cual muestra que existen tanto hombres como mujeres que han aportando a determinar lo que es atractivo. Con los zapatos, al inicio, el negocio fue controlado por hombres.
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“Es verdad que si usa tacones la línea del cuerpo es diferente, porque el pelvis se empina, el busto se empuja hacia adelante y la parte lumbar se va para atrás. Entonces de cierta forma, cuando usan tacones, las mujeres no solo se ven más altad sino también más curvadas”, explica Steele.
En la historia de la humanidad, hasta las curvas tienen curvas y por lo general han estado asociadas a la feminidad y a la reproducción. Sin embargo, asociar la reproducción al sexo, es una historia del pasado.
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“Pero los símbolos sexuales de los tacones van más allá. Se trata de una variedad de fantasías sobre feminidad contra masculinidad. La sexualidad no está en el zapato, sino en las historias que contamos sobre el zapato. Por ejemplo, puede ser la transformación de mujer a ella-él (she-male). Puede ser una historia de dominación. Puede ser una historia de símbolos fálicos”, explicó la directora del Museo de la Moda en Nueva York quien ha escrito varios libros entre ellos “La historia cultural del corsé”.
Queda pues, en cada uno, decidir qué tan “sexual” o sólo “sexy” es un zapato. Queda en cada uno pensar cuáles son las historias que navegan nuestro inconsciente o consiente, personal y colectivo.