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Tareck El Aissami, ex mano derecha de Maduro al que el chavismo hoy acusa de encabezar una red de corrupción


Esta fotografía divulgada el 9 de abril de 2024 por el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, muestra al exministro de petróleo Tarek El Aissami siendo arrestado por fuerzas contra la corrupción de ese país.
Esta fotografía divulgada el 9 de abril de 2024 por el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, muestra al exministro de petróleo Tarek El Aissami siendo arrestado por fuerzas contra la corrupción de ese país.

Tareck El Aissami tuvo las más altas responsabilidades financieras, políticas y de seguridad durante el gobierno de Nicolás Maduro. Ahora está detenido en Venezuela. Estados Unidos lo acusó hace 7 años de jugar un “un papel significativo en el narcotráfico internacional”.

Tareck El Aissami, expresidente de la estatal petrolera PDVSA, ya no es un líder “radicalmente chavista” en el imaginario del oficialismo venezolano. Ahora, el Ministerio Público lo acusa de ser un exfuncionario corrupto, con vínculos con la derecha política en Estados Unidos y capaz de manipular la economía de su país para su beneficio y el de sus socios.

Hace poco más de un año, El Aissami era considerado uno de los hombres de mayor confianza del presidente Nicolás Maduro.

Era su ministro de la industria petrolera, clave para las finanzas de Venezuela, y el mandatario le encargó el área económica.

De 49 años y de ascendencia siria y libanesa, su currículo da cuenta de que ha ocupado cargos directivos del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Ungido y alabado en público por el chavismo, El Aissami fungió como diputado nacional, viceministro de seguridad ciudadana y ministro de Relaciones Interiores e Industrias y Producción, así como vicepresidente del Poder Ejecutivo de Maduro (2017-2018).

El Aissami, con estudios de derecho y criminología, fue gobernador por 5 años del estado Aragua con el apoyo del PSUV y llegó a combinar su cargo como vicepresidente de economía (2017-2023) con la titularidad de la cartera petrolera, antes de caer en desgracia frente a la jerarquía chavista.

En 2020, Maduro le había encargado la tarea de renovar PDVSA en plena puesta en marcha de las sanciones económicas de Estados Unidos contra el sector petrolero y gasífero tras el desconocimiento de Washington del líder socialista como jefe de Estado.

Maduro precisó públicamente que otorgaba “poderes especiales” a una comisión presidida por El Aissami e integrada por otros ministros de peso dentro del chavismo para reflotar a PDVSA en medio de lo que denominó una “emergencia energética”.

Pasados tres años de la creación de aquella comisión, el gobierno de Maduro y el Ministerio Público revelaron una trama de corrupción multimillonaria en esa empresa y en un organismo estatal que regulaba las operaciones de las criptomonedas en el país.

Si bien El Aissami encabezaba el organigrama de las operaciones petroleras de Venezuela, ni la fiscalía ni los máximos voceros del chavismo lo vincularon con la trama corrupta, que habría afectado al menos 3.000 millones de dólares del patrimonio nacional.

Sólo unos pocos dirigentes del PSUV de rango medio, como el diputado Jesús Farías, aseguraron durante meses que el presunto involucramiento del exministro en la trama de irregularidades financieras se estaba investigando.

Luego de renunciar a sus cargos en el gobierno venezolano, El Aissami desapareció de la vida pública y cesó toda actividad en redes sociales.

Un reportaje del diario The Wall Street Journal denunció que El Aissami había recibido sobornos para facilitar el tráfico de drogas en el país suramericano, con base en el testimonio de un exgobernador oficialista, Rafael Isea.

Dos años después, la Oficina de Control de Activos de Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC) lo identificó como “un narcotraficante especialmente designado” y lo acusó de jugar “un papel significativo en el narcotráfico internacional”.

El Aissami, ahora acusado por el fiscal Saab de tener presuntos nexos con dirigentes políticos norteamericanos, solía tachar públicamente al gobierno de Estados Unidos y a la oposición, a quienes solía referirse como parte de una “derecha terrorista criminal”.

Implicados otro exministro y un empresario

Tarek William Saab, designado hace 7 años por la Asamblea Nacional Constituyente como fiscal general del país y exgobernador del chavismo en el estado Anzoátegui, anunció este martes la detención de El Aissami como imputado por la corrupción en PDVSA.

De acuerdo con Saab, El Aissami participó en prácticas corruptas junto a otros funcionarios, entre ellos Joselit Ramírez, de la superintendencia de criptomonedas, Antonio Pérez Suárez (PDVSA), Pedro Maldonado (la estatal CVG) y el diputado pesuvista Hugbel Roa, muy cercano durante años al exministro de petróleo venezolano.

Otros de los detenidos en la investigación son Simón Zerpa, ministro de Economía y Finanzas, expresidente del Fondo de Desarrollo Nacional e hijo del embajador de Venezuela ante China y exsecretario de la Asamblea Nacional, Iván Zerpa.

También, Saab confirmó la detención del empresario Samark López, a quien medios como Insight Crime han vinculado con la compra de la antigua Cadena Capriles, actual Grupo Últimas Noticias, hace 11 años.

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