La Reserva Federal de Estados Unidos mantendría sus tasas de interés sin cambios esta semana y aplazaría cualquier posible alza hasta septiembre o diciembre, mientras los funcionarios del banco central estadounidense esperan más evidencias de una aceleración de la inflación.
El tema central durante el encuentro de política monetaria del 26 y 27 de julio será la manera de reconciliar los datos económicos positivos de Estados Unidos con una desaceleración del crecimiento global y otras dificultades que amenazan la trayectoria de la inflación.
Para el presidente del Banco de la Reserva Federal de San Francisco, John Williams -uno de los 17 miembros que participan en la decisión de política monetaria de la Reserva-, todo lo que se necesita es un poco más de confianza de que la inflación se dirige hacia la meta de 2% de la Fed.
La medición de inflación preferida por la Fed se ubica actualmente en un 1,6%.
Con la creación de empleo mensual muy por encima del nivel necesario para impedir un avance de la tasa de desempleo y sin señales de un alza en la productividad, algunos funcionarios de la Fed probablemente argumenten a favor de un rápido incremento de las tasas para contener un repunte de la inflación.
"Ese es el peligro y puedes estar seguro que los (funcionarios de la Fed) de línea dura van a argumentar eso", comentó Alan Blinder, un profesor de la Universidad de Princeton y ex vicepresidente de la Fed.
Otros miembros de la Fed, como el influyente presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York, William Dudley, han señalado que mejor esperarían a ver señales más tangibles de un avance de la inflación antes de subir las tasas.