Una academia policial en el estado de Washington ha incorporado lo que le llaman “entrenamiento cerebral” como parte de su curriculum, un cambio de paradigma para la policía, según su creador.
La nueva tecnología busca preparar a los policías a las reacciones que se producen en sus cerebros en situaciones de alta tensión, explicó Sean Hendrickson, de la Comisión de Entrenamiento Judicial de Washington.
“Tu no sabes lo que está pasando a tu derecha o a tu izquierda. Ha habido casos de policías parados detrás de un compañero que le gritan en el oído. Y el otro policía nunca lo escuchó”, explicó Hendrickson.
Jonathan Page, un neurocientífico, explicó que el cerebro puede experimentar extrañas reacciones en momentos de tensión.
“El funcionamiento cognitivo se deteriora significativamente de tal manera que el pensamiento crítico, y la capacidad de decisión dependen de cuán estresada está una persona, pero puede fallar por completo”, explicó.
En la academia policial de Washington se ha incorporado un programa basado en Comandos Cognitivos o C2, para entrenar los cerebros de los agentes a fin de que puedan desescalar una situación tensa.
Los entrenamientos policiales más tradicionales se enfocan en tácticas físicas. El C2 entrena la parte no consciente del cerebro a operar más eficientemente durante el estrés y aumenta la consciencia para que los oficiales puedan actuar, y no simplemente reaccionar.
Las sesiones de entrenamiento duran entre dos y cinco minutos y han generado buenos resultados, dependiendo de qué tanto y con qué frecuencia entrenan los oficiales y qué cursos han completado.
Chelsea Quiggle es una recluta nueva de la Oficina del Sheriff del Condado Clark que está bajo entrenamiento.
“Con solo acordarnos de respirar. Nos mantiene a nosotros y a nuestro estado de pensamiento fuera de una visión de túnel, exclusión de sonidos y ese tipo de cosas. Monitoreando nuestro ambiente asegurándonos de que no existe otra amenaza.
El programa C2 ha realizado cerca de 40 estudios entre unas 13 agencias. Mientras los oficiales dicen que nada reemplaza la experiencia, la academia policial en Washington ha visto prometedores resultados durante sus entrenamientos.
“El entrenamiento C2 permite a un policía novato que sale a la calle con estos comportamientos automáticos, lo que a otro oficial sin entrenamiento C2 le tomaría entre tres y cinco años establecer“, explicó Quiggle.
Comportamientos como cubrirse y hacerlo más rápido, pueden aumentar la posibilidad de mantener seguros al público y a los oficiales.