Los mandatarios de México, Canadá y Estados Unidos firmaron el viernes un nuevo pacto comercial trilateral, que el presidente Donald Trump describió como un triunfo importante para los trabajadores. Sin embargo, las tensiones causadas por los aranceles, los inminentes despidos en General Motors y las dudas sobre las posibilidades de que el Congreso apruebe el tratado, ensombrecieron el momento.
El Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) tiene el objetivo de reemplazar al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que se mantuvo en vigencia durante 24 años. Los mandatarios firmaron el nuevo pacto en el marco de la cumbre del G20 en Buenos Aires después de dos años de negociaciones, las cuales por momentos fueron espinosas. El acuerdo aún debe ser ratificado por el Congreso de sus respectivos países.
El siguiente paso del acuerdo comercial de América del Norte es la aprobación del Congreso. Eso podría resultar una tarea complicada en Estados Unidos, en especial ahora que los demócratas,y no los republicanos de Trump, controlarán la Cámara de Representantes a partir de enero. Los demócratas y sus aliados en el movimiento obrero ya comenzaron a exigir cambios.
Horas después de la firma, el líder demócrata en el Senado Chuck Schumer dijo que el acuerdo debe tener mayores protecciones laborales y ambientales para recibir el apoyo mayoritario del Congreso y que “debe mostrar que beneficiará a las familias de clases media y trabajadora”.
El presidente Donald Trump describió el T-MEC como un acuerdo comercial sin precedentes.
Con informacion de AP
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