Montar una motocicleta es un estilo de vida y para miles de personas en el mundo va más allá de un hobby y se convierte en una hermandad.
Son muchos “bikers”, como se les conoce en inglés, los que describen su pasión por las motocicletas con esas palabras y lamentan profundamente que unos pocos, que si son “pandillas comprometidas con acciones ilegales”, les hayan provocado una enorme incomodidad y hasta vergüenza.
Olga Brito Pate es una latina que monta una Harley Davidson, y es parte del Harley Owners Club (El Club de Dueños de Harley) y también pertenece al Ladies Harley Club (El Club de Damas Harley), y en entrevista con la Voz de América hace una diferencia fundamental.
“Entre los “bikers” (los motociclistas) sabemos que estamos agrupados en clubes u otros grupos. Los clubes son una hermandad, nos apoyamos, nos protegemos, hacemos labores sociales para ayudar a los veteranos, a los hijos de policías y militares muertos en acción y otras actividades. Los otros son grupos como los Bandidos a quienes hasta nosotros les tememos”, dice Brito Pate.
Olga nos dijo que la forma de identificar a “los buenos y los malos” está en el chaleco que utilizan y en el que se pueden ver los parches que tienen el estado y ciudad a la que pertenecen, su club, sus aficiones e incluso sus nombres o sobrenombres.
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Paite reconoce que los "Bandidos" son un grupo de fuerte presencia en Texas y menciona que su influencia hace que inclusive los clubes de motociclistas pidan permiso para realizar su actividades y evitar conflictos con ellos.
Olga, que monta motocicleta desde que era muy joven, afirma que desde el incidente trágico del domingo las cosas para los motociclistas han cambiado en Texas.
“Ahora hay gente que nos mira con malas caras, se alejan de nosotros, en los restaurantes nos han pedido que nos quitemos los chalecos y esto nos hace mucho daño porque es muy triste ver que intentan generalizarnos a todos”, afirma Brito Pate.
Más adelante y en una especie de mensaje para los estadounidenses, Olga nos dijo “Todos deben recordar que en los clubes de motociclistas hay madres y padres, hijos, hermanos, abuelos, y cada uno tiene la pasión por la libertad y el respeto, y ese es uno de los motivos que nos llevan a montar una motocicleta para divertirnos y jamás provocar algún daño”, concluye.