Esta es una época del año perfecta para el negocio de los “imitadores” de personajes históricos, aunque la gente que se disfraza del Tío Sam o el presidente George Washington prefieren llamarse “interpretes históricos”.
En 2011 se celebran los 235 años de la declaración de independencia estadounidense y estos "intérpretes" son muy populares en las celebraciones, picnics y juegos pirotécnicos de todo el país.
El Tío Sam es probablemente el símbolo más reconocido de Estados Unidos. Es un anciano, de cabello canoso, que tiene estrellas en su sombrero. Este personaje ha estado presente desde la guerra de 1812 y a veces se le ven en las caminatas y celebraciones nacionales.
Hay otro personaje que era tal vez un ícono más popular en la cultura estadounidense, una figura más protectora y quien es más difícil de encontrar en nuestros días. Es la Señorita Columbia, la diosa de la libertad, probablemente nació en los mismos días que el Tío Sam, viste una túnica de porte real y en algún momento proyectaba los ideales positivos y la naturaleza poética de EE.UU.
A pesar de que ella usualmente usa un casco guerrero estilo romano, este siempre tiene la bandera de Estados Unidos. Esta figura bondadosa siempre daba la bienvenida a los inmigrantes y a los pobres. Ella y el Tío Sam por lo general aparecían juntos, Sam con su mano en señal de advertencia y la Señorita Columbia ofreciendo un cálido abrazo.
En 1886, la Estatua de la Libertad, del escultor, Frederic Bartholdi se levantó en el puerto de Nueva York, un regalo del pueblo francés. La estatua de cobre se parecía mucho a la Señorita Columbia, pero tenía una corona de ramas y una antorcha para dar la bienvenida.
La Estatua de la Libertad encendió la imaginación de los estadounidenses y muy pronto se le vínculo en varias ilustraciones con la Señorita de Columbia. Una de estas imágenes perdurables se hizo en 1924 como logotipo del estudio de cine Columbia Pictures, la antorcha de Columbia fue un préstamo de la Estatua de la Libertad.
Este idealismo sano estadounidense, casi femenino, se retiró de la imagen pública en los albores del siglo XX cuando el país se embarcaba en aventuras en el extranjero.
