Un sembradío de tierras áridas deja apenas ver mazorcas de maíz secas en un calor que apabulla por estos días a Bolivia, donde muchos productores de la tierra claman por agua para sacar adelante sus cosechas y la cría de animales.
Las regiones más golpeadas por la sequía son Potosí, Oruro, La Paz, Chuquisaca y Cochabamba, en el sur, oeste y centro del país. Esta última fue declarada en emergencia departamental días atrás, un recurso que busca gilizar la llegada de recursos que permitan implementar acciones urgentes.
Un equipo de la Voz de América recorrió la zona y pudo constatar el impacto que provoca la falta de lluvias.
“Todas las vertientes -con las que regaba la gente- ahora se están perdiendo, ya no hay ni para los animales ni para el riego. Apenas está alcanzando (el agua) para consumo humano", dijo Abel Córdova, un comunario del municipio de Tarata, ubicado en el departamento de Cochabamba que fue declarado en desastre, debido a la extrema sequía.
"(Es) una pena. Todo se está secando”, afirmó este boliviano.
"Sin agua no hay vida"
Con este panorama desolador, Córdova muestra las pérdidas. A su vez insiste en que es preciso el accionar de las autoridades para construir represas que alimenten los pozos.
"Sin agua, no hay vida", dice. "Los recursos se han agotado", recalca con evidente preocupación.
Este panorama está reflejado en casi todo el país y se agrava con la llegada de la primavera, y temperaturas que alcanzan hasta los 40 grados en algunas regiones.
A esta ola de declaratorias de emergencia y de desastre, se suma la decisión de racionar el uso de agua, como en la ciudad de El Alto, donde la alcaldesa Eva Copa instruyó la medida, debido a que una de las represas claves de abastecimiento se encuentra apenas en el 50 % de capacidad.
El gobernador de la zona, Humberto Sánchez, dijo durante una reciente conferencia de prensa que una de las opciones es "modificar el presupuesto y disponer de recursos que no están siendo ejecutados para afrontar la crisis hídrica”.
A esta ola de declaratorias de emergencia y de desastre, se suma la decisión de racionar el uso de agua, como en la ciudad de El Alto, donde la alcaldesa Eva Copa instruyó esta medida, debido a que una de las represas clave de abastecimiento se encuentra apenas en el 50 % de capacidad.
La situación está afectando la productividad en el campo porque según Jaime Hernández, gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), unas 500.000 toneladas de alimentos dejan de producir por el impacto de la sequía. Por eso buscan impulsar la inserción de semillas genéticamente mejoradas.
“Si tenemos aprobada esta tecnología, los productores contarán con una herramienta para mitigar las pérdidas productivas por sequía que han tenido los últimos años”, explicó a la red Unitel.
El racionamiento
Si bien en las zonas urbanas aún se mantiene el suministro de agua de manera regular, en las áreas rurales reciben agua potable una o dos veces por semana, incluso menos.
Leticia Argote, una joven de 23 años de la comunidad Villa San José, explicó que racionar el consumo es lo único que tienen a mano para disponer más tiempo del vital líquido.
“Ahora todavía tenemos en mi casa agua las 24 horas, pero vemos lo que está pasando y tenemos miedo que si no hay lluvias la situación empeore. Ahora tratamos de usar lo mínimo para no desperdiciar", dijo Argote.
"Tratamos de ahorrar”, recalca.
Acciones del gobierno
El presidente boliviano, Luis Arce, dijo durante un acto público en la ciudad de Santa Cruz recientemente que "la crisis climática está descontrolada".
“Esto es producto de la crisis climática", dijo Arce respecto a las causas de la sequía. "Es producto del sistema capitalista, lamentablemente no ha cuidado el medioambiente y hoy nos toca heredar este mundo", señaló el mandatario.
De acuerdo con cifras divulgadas por el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Remmy Gonzáles, la sequía ha afectado a unos 48.700 animales.
“Tenemos 42 municipios afectados, de los cuales 20 se han declarado ya con problemas de sequía. Las comunidades son 476, las familias afectadas 27.808″, dijo la autoridad al canal estatal Bolivia TV.
El gobierno, por su lado, ha garantizado el abastecimiento de alimentos y pidió tranquilidad a la población porque considera que el impacto actual está por debajo a lo registrado en 2022, cuando se reportaron 145.000 familias afectadas por la misma causa.
De acuerdo con las cifras oficiales, en el año 2022 fueron 50.000 cabezas de ganado afectadas por las sequía y actualmente se contabilizan en 48.000 el ganado perdido .
El ministro de Medio Ambiente y Agua, Rubén Méndez, informó que desde noviembre de 2020 el gobierno nacional implementó el Plan “Agua para Vivir Bien”, que incluye proyectos en todo el país, a partir de una inversión de 8.200 millones de bolivianos (1.171 millones de dólares) en 838 proyectos de agua, saneamiento y riego desde noviembre de 2020 al 2023.
En la Cumbre del Agua desarrollada a fines de septiembre en Cochabamba, se determinó emplear el “bombardeo de nubes” desde este mes, técnica que también se podría replicar en otros departamentos para provocar lluvias y así palear la sequía.
Expertos explican que para lograr el “bombardeo o siembra de nubes” se requiere químicos especiales como yoduro de plata que se descarga en distintas formaciones nubosas, además se debe tomar en cuenta las condiciones meteorológicas y lugares específicos que no tengan efectos colaterales en las comunidades.
“Los próximos meses serán peor”
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología pronosticó que las precipitaciones estarán por debajo de lo normal hasta finales de este año.
“Ha habido una concentración de lluvias sólo en un par de meses, eso ha hecho por ejemplo, que los productores de maíz lo dejen y los que pusieron trigo tengan pérdidas muy grandes este año, no podemos mantener los cultivos. Por eso la situación es crítica. En los próximos meses será peor”, ha dicho Everth Rocha, director de Desarrollo Productivo, Recursos Naturales y Medio Ambiente del municipio de Tarata.
De acuerdo con la Defensa Civil, la declaratoria de emergencia se produce cuando un municipio o departamento reporta daños a personas, servicios básicos, sistemas productivos y otros activos, pero este tiene los recursos para abordar los problemas. Y la declaratoria de desastre cuando un evento y sus consecuencias superan la capacidad de respuesta de la administración local.
“Alrededor de 2.000 familias van a ser afectadas en Tarata. Por eso esta documentación nos va a ayudar a gestionar ante la Gobernación o el Estado central para conseguir recursos y ayuda. Pero la mayor preocupación son las nuevas comunidades que han aparecido y los pozos que se están secando", dijo el alcalde Daniel Vallejo, al explicar la medida..
"Necesitamos mecanismos técnicos, financieros y de todo nivel”, concluyó.
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