El presidente de Estados Unidos, Barack Obama visitó este lunes a la comunidad de St. John the Baptist, en Luisiana, donde el huracán Isaac causo varios destrozos luego de que el lago Pontchatrain se desbordó y obligó también a evacuar a decenas de personas.
Obama fue recibido y acompañado en el recorrido por el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, con quien fue testigo de la violencia con que el fenómeno natural llegó al lugar.
A pesar de que las tormentas provocadas por el remanente de Isaac ya de disolvieron en el interior de Estados Unidos, gran parte de un vecindario del sureste de Nueva Orleans sigue anegada y miles de personas carecen de electricidad mientras otras tantas han tenido que evacuar hacia albergues o casas de amistades y familiares.
La zona de Plaquemines, donde el agua desbordó fácilmente las barreras que estaban supuesta a protegerla, está 1,5 metros (5 pies) bajo el agua, informó el presidente distrital de Parish, Billy Nungesser. Para muchos, el daño que ocasionó Isaac es peor que el que dejó Katrina en 2005.
Al menos siete personas murieron a causa de Isaac, cinco de ellos en Luisiana y dos en Misisipí.
Algunos trabajadores regresaron a las plataformas marítimas de producción de gas y petróleo, la electricidad ha regresado para casi toda la ciudad de Nueva Orleans, se trabaja con los árboles caídos y el Festival de la Decadencia del Sur, una celebración anual del orgullo gay, se realizó en el barrio Francés.
Al norte de lago Pontchartrain, cerca de una comunidad llamada Bush, se retiró la alerta de evacuación obligatoria y se implementó una evacuación voluntaria luego de que las autoridades estabilizaron una esclusa del canal de la desviación del río Pearl. Sin embargo, los funcionarios dijeron que había posibilidades de que se desbordara el río Pearl del oeste.
En el resto del país, las lluvias remanentes de Isaac apenas aliviaron la sequía más intensa que ha golpeado el centro del país en los últimos 50 años, pero de todas maneras fueron bienvenidas.
Obama fue recibido y acompañado en el recorrido por el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, con quien fue testigo de la violencia con que el fenómeno natural llegó al lugar.
A pesar de que las tormentas provocadas por el remanente de Isaac ya de disolvieron en el interior de Estados Unidos, gran parte de un vecindario del sureste de Nueva Orleans sigue anegada y miles de personas carecen de electricidad mientras otras tantas han tenido que evacuar hacia albergues o casas de amistades y familiares.
La zona de Plaquemines, donde el agua desbordó fácilmente las barreras que estaban supuesta a protegerla, está 1,5 metros (5 pies) bajo el agua, informó el presidente distrital de Parish, Billy Nungesser. Para muchos, el daño que ocasionó Isaac es peor que el que dejó Katrina en 2005.
Al menos siete personas murieron a causa de Isaac, cinco de ellos en Luisiana y dos en Misisipí.
Algunos trabajadores regresaron a las plataformas marítimas de producción de gas y petróleo, la electricidad ha regresado para casi toda la ciudad de Nueva Orleans, se trabaja con los árboles caídos y el Festival de la Decadencia del Sur, una celebración anual del orgullo gay, se realizó en el barrio Francés.
Al norte de lago Pontchartrain, cerca de una comunidad llamada Bush, se retiró la alerta de evacuación obligatoria y se implementó una evacuación voluntaria luego de que las autoridades estabilizaron una esclusa del canal de la desviación del río Pearl. Sin embargo, los funcionarios dijeron que había posibilidades de que se desbordara el río Pearl del oeste.
En el resto del país, las lluvias remanentes de Isaac apenas aliviaron la sequía más intensa que ha golpeado el centro del país en los últimos 50 años, pero de todas maneras fueron bienvenidas.
