La mayor parte del planeta se vio afectada por una fuerte tormenta solar que trajo las espectaculares luces de las auroras boreales a los estados norteños de EE.UU. y países del norte de Europa.
La tormenta se desarrolló de dos ondas de radiación solar que fueron expulsadas de la superficie del sol el domingo.
Científicos de la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica habían pronosticado que la tormenta sería leve, pero la unión de las dos ondas causó que la tormenta llegara más rápido de lo pensado y con mayor intensidad.
Bob Rutledge del Centro de Predicción de Clima Espacial explicó que la tormenta fue categorizada nivel G4 en la escala de 1 al 5 de la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica por su intensidad y rapidez.
Tormentas de categoría G4 son relativamente comunes y pueden causar problemas en redes de energía, comunicación y transmisiones satelitales.
La última tormenta solar G4 ocurrió a finales del 2013.
La tormenta persistió la mayor parte del martes 17 de marzo y no causó mayor disrupción a redes eléctricas o de comunicación, pero alumbró el cielo de verde coincidiendo con las celebraciones de San Patricio en EE.UU. e Irlanda.