En medio de la tragedia que se vive en Texas y Oklahoma, el presidente Barack Obama expresó su respaldo a las víctimas por las inundaciones y prometió ayuda federal para que el estado pueda actuar de inmediato ante la emergencia.
"Recibimos la solicitud en Washington...y estamos trabajando con un equipo de FEMA para estar seguro que se realicen las operaciones necesarias tan rápido como sea posible en las zonas afectadas por las condiciones inclementes del clima", dijo el presidente Barack Obama.
Un nuevo tornado que cruzó el área central de Texas el lunes por la tarde destruyó cuatro casas y provocó la muerte de al menos una persona.
Se trata de la tragedia más reciente provocada por las fuertes tormentas que han afectado el estado, especialmente entre las ciudades de San Antonio y Austin, en el llamado corredor de la carretera interestatal 35.
Mientras tanto, las autoridades continuaban la búsqueda de 12 personas desaparecidas desde el domingo, que se cree fueron arrastradas por las fuertes corrientes que arrancaron por los cimientos la casa de veraneo en la que vacacionaban.
Entre los desaparecidos se encuentran una madre de familia junto a sus dos hijos, quienes estaban en su casa de verano cuando ésta fue arrastrada por las aguas.
Las lluvias, los relámpagos, el granizo, los tornados y las inundaciones repentinas han destruido al menos 350 casas y dejado sin hogar a más de mil personas.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, quien el lunes visitó la zona afectada, dijo que las tormentas fueron un fuerte golpe “que no se puede endulzar” y declaró área de desastre a 24 condados.
En total han sido confirmadas cuatro muertes en Texas y dos más en el vecino estado de Oklahoma. Entre las muertes de Texas conmueve la de Alyssa Ramírez, de 18 años, cuyo carro fue arrastrado por la riada en San Antonio, cuando regresaba de su fiesta de graduación de High School.
El sistema de tormentas es el mismo que originó el tornado que el lunes en la madrugada devastó la ciudad mexicana de Acuña, situada al otro lado de la frontera Del Rio, en Texas, y que provocó la muerte de 13 personas, 229 heridos, cuatro desaparecido y 700 casas afectadas.