El gobierno de Carolina del Norte ofreció más de $100 millones de dólares a Toyota para que el fabricante de automóviles más grande del mundo trasladara su sede norteamericana a Charlotte y no a un suburbio de Dallas, pero su oferta perdió frente a una que hizo Texas por la mitad de ese monto.
Las autoridades de Texas y las de la ciudad de Plano, un suburbio de Dallas, ofrecieron a Toyota menos de $50 millones de dólares, se informó.
Tanto Toyota como la secretaria de Comercio de Carolina del Norte, Sharon Decker, coinciden en que la decisión de la compañía muestra que los fondos de incentivo fueron apenas una de las muchas consideraciones que evaluó la empresa antes de decidir su retirada del área de Los Ángeles.
Documentos y correos electrónicos publicados la semana pasada muestran que sólo una cuarta parte de los trabajadores que actualmente laboran en la sede de Toyota en California se mudarán a Texas para ocupar los 3 mil empleos disponibles, los que, con una paga promedio de $105 mil dólares al año, representa una gran oportunidad laboral para los residentes de Texas.
Las plantas de fabricación estadounidenses de Toyota están en los estados Texas, Kentucky, Mississippi e Indiana.