Alika Kinan es argentina y es una de los héroes reconocidos por el Departamento de Estado de Estados Unidos por sus esfuerzos personales para lograr una extraordinaria diferencia en la lucha que todos los países del mundo hacen para enfrentar la esclavitud moderna.
En entrevista con la Voz de América luego de recibir el reconocimiento, Alika afirma que es un paso muy importante para todos aquellos, que como ella, vencieron esa tragedia.
“Este es un reconocimiento no solo para mi sino para la lucha contra la trata de personas que proviene desde el movimiento de mujeres en Argentina y para aquellos funcionarios que tienen un compromiso real en nuestro país”, afirma Kinan.
Al recordar su historia, que es la misma de muchas mujeres en el mundo, identifica lo que considera como los problemas más difíciles a la hora de luchar contra este flagelo.
“Yo fui captada por las redes de trata en el año 96. Me hicieron una oferta laboral engañosa, no fue clara la oferta y yo no tenía las posibilidades ni tampoco muchas opciones para poder elegir, así que la acepté. La idea era poder ir a ganar mucho dinero al sur de Argentina, a una isla que se llama Tierra de Fuego. Allí fui explotada sexualmente con la complicidad del estado municipal y del estado provincial”, recuerda Alika.
“Autoridades de salud y también la policía participaron en la apertura de legajo, para hacer exámenes periódicos de salud controlar a todas las mujeres que entraban y salían de la Provincia. Yo claramente no tenía a dónde ir a pedir ayuda ni ningún tipo de asistencia, porque si la propia policía y si quienes nos cuidan estaban implicados en este delito no había donde ir”, afirma Alika con mucha tristeza.
Para esta sobreviviente de tráfico sexual, las mujeres que son víctimas de trata con fines de explotación sexual, no solo en mi país sino también en todo el mundo, son empujadas a a la esclavitud sexual por medio de la pobreza.
“La falta de opciones de trabajo genuino que cuando hay pobreza en el mundo las mujeres somos las primeras en sentir el padecimiento es el principal problema. Yo siempre hablo de la feminización de la pobreza. Cuando la mujer es pobre y cuando hay claras diferencias raciales la mujer no puede decidir. Nos han enseñado a que no podemos tener opciones y a que no podemos decidir. Esto es una manera de adoctrinar a las mujeres pobres y que sean explotadas sexualmente”, afirma la receptora del reconocimiento del Departamento de Estado.
Para Kinan el proceso de recuperación de una persona que pasó por la experiencia del tráfico humano es muy complicado.
“Primero está el reconocimiento como víctima, que es un proceso muy doloroso, muy duro y que lleva mucho tiempo. Las mujeres cuando son rescatadas no se reconocen como víctimas, porque nosotros desconocemos las constituciones, la legislación, cuáles son nuestros derechos, esto es lo que juega a favor de las redes de trata”, afirma Kinan.
Ella misma fue protagonista de esa historia pero venciendo los temores fue capaz de llevar a los que la sometieron al tráfico sexual a un juicio que, por primera vez en su país, determinó un resarcimiento económico y sanciones para los culpables.
Ahora Alika Kinan es una activista de defensa de víctimas de tráfico humano y ayuda, sobre todo, a mujeres y niños para evitar la explotación.