Las imágenes de Carmen Blandin Tarleton con el rostro irreconocible dieron la vuelta al mundo, luego de que su ex esposo le rociara lejía (cloro) sobre gran parte de su cuerpo. Los daños fueron tan serios que su familia la reconoció en el hospital únicamente por sus dientes.
Seis años han pasado desde aquel maquiavélico ataque y ahora, la enfermera de Vertmont, finalmente podrá sonreír de nuevo. Tarleton comenzó un proceso de trasplante de rostro a principios de febrero y los resultados parecer ser muy positivos.
Según los médicos del Hospital de la Mujer y Brigham, responsables de la cirugía de la mujer de 44 años, la operación incluyó trasplantar la piel de una donante y colocarla en el cuello, nariz y labios, además de reparar sus músculos faciales, arterias y nervios.
"Sé cómo he sido verdaderamente bendecida y tendré este bello reflejo en el espejo para recordarme lo que realmente es el altruismo", escribió Tarleton en su blog.
Tarleton sufrió quemaduras en más del 80% de su cuerpo y quedó ciega cuando su agresor la golpeó con un bate y la roció con el químico industrial en junio de 2007.
Kesstan Blandin, hermana de Tarleton, dijo por medio de un comunicado que su hermana “estaba realmente bien, y feliz” con su nueva imagen.
"Quiero transmitir a la familia de la donante el gran regalo que me han dado", dijo el comunicado. "Me siento fuerte y estoy segura de que tengo la fuerza para hacer frente a lo que venga en mi camino".
La mujer, quien trabajaba como enfermera de trasplantes, ha tenido más de 50 operaciones desde entonces. Las cirugías incluyen injertos de piel y trabajos que le han restablecido la vista en un ojo.
Seis años han pasado desde aquel maquiavélico ataque y ahora, la enfermera de Vertmont, finalmente podrá sonreír de nuevo. Tarleton comenzó un proceso de trasplante de rostro a principios de febrero y los resultados parecer ser muy positivos.
Según los médicos del Hospital de la Mujer y Brigham, responsables de la cirugía de la mujer de 44 años, la operación incluyó trasplantar la piel de una donante y colocarla en el cuello, nariz y labios, además de reparar sus músculos faciales, arterias y nervios.
"Sé cómo he sido verdaderamente bendecida y tendré este bello reflejo en el espejo para recordarme lo que realmente es el altruismo", escribió Tarleton en su blog.
Tarleton sufrió quemaduras en más del 80% de su cuerpo y quedó ciega cuando su agresor la golpeó con un bate y la roció con el químico industrial en junio de 2007.
Kesstan Blandin, hermana de Tarleton, dijo por medio de un comunicado que su hermana “estaba realmente bien, y feliz” con su nueva imagen.
"Quiero transmitir a la familia de la donante el gran regalo que me han dado", dijo el comunicado. "Me siento fuerte y estoy segura de que tengo la fuerza para hacer frente a lo que venga en mi camino".
La mujer, quien trabajaba como enfermera de trasplantes, ha tenido más de 50 operaciones desde entonces. Las cirugías incluyen injertos de piel y trabajos que le han restablecido la vista en un ojo.