El presidente Donald Trump defendió el lunes en la noche su promesa electoral de construir un muro en la frontera sur del país, durante un mitin en El Paso, Texas, donde también aseguró que el último cierre de gobierno había servido para visibilizar el problema migratorio.
Este sería el primer mitin político de cara a las elecciones presidenciales de 2020 y coincide con las negociaciones en el Congreso para una ley de financiamiento del gobierno federal que incluya – o no – los 5.700 millones de dólares para el muro entre EE.UU. y México y así evitar un nuevo cierre.
“Hoy empezamos un gran y hermoso muro en el río (Grande)”, indicó el presidente al inicio de su presentación.
Argumentó que el muro puede proteger al pueblo estadounidense, “y nuestra recién encontrada prosperidad”, de criminales violentos, drogas y el “tremendo embate” de las caravana de migrantes.
Aseguró que el último cierre parcial de gobierno, que duró 35 días y es el más largo en la historia del país, sirvió para demostrar a la nación, a políticos y al mundo "qué demonios está pasando con la frontera".
"Nunca firmaré un proyecto de ley que obligue a la liberación masiva de criminales violentos en nuestro país", afirmó Trump, refiriéndose a una supuesta propuesta demócrata para reducir el límite de las detenciones de extranjeros por parte de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
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Igualmente, indicó que la migración ilegal era dañina para todos, incluyendo a los migrantes legales, a quien repitió que le daba la bienvenida.
En un par de veces durante su discurso, Trump se vio interrumpido por lo que parecía un abucheo. La segunda vez que esto ocurrió, el presidente preguntó: "¿de dónde vienen estas personas?".
El público lo aplaudió y empezaron a corear "construye el muro", a lo que él respondió "se refieren a que ‘termine el muro’".
El mandatario estadounidense también defendió el lunes más temprano a los miembros del ICE, calificándolos como personas valerosas, resistentes y fuertes que aman al país y han hecho "un trabajo increíble".
Trump también indicó en ese encuentro que pueden llamar al muro de la manera que quieran, pero acusó a los demócratas de negarse a asignar dinero para su proyecto.
Acuerdo de principio para evitar cierre
Este mismo lunes en la noche, los negociadores del Senado y de la Cámara de Representantes informaron que llegaron a un acuerdo de principio para financiar el gobierno y evitar un nuevo cierre parcial de gobierno.
Al respecto, Trump indicó que le habían informado del avance, pero que no quiso escuchar los detalles porque prefirió salir "con mi gente de Texas" primero.
El lunes, el compromiso alcanzado prevé 1.300 millones de dólares para construir unos 90 km de muro en la frontera con México, pero esta decisión deberá ser votada por el Congreso y aprobada por la presidencia.
“Hemos llegado a un acuerdo”, dijo a CNN el senador Richard Shelby, uno de los principales negociadores republicanos, después de una reunión.
La administración Trump ha amenazado con declarar un estado de emergencia para liberar los fondos necesarios sin pasar por el Congreso.
Según AFP, La Ley de Emergencias Nacionales, de 1976, autoriza al presidente de Estados Unidos a invocar una “urgencia” nacional para activar poderes extraordinarios.
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A unos doscientos metros
Trump no fue el único que habló en El Paso este lunes. Beto O’Rourke, ex congresista demócrata, organizó una marcha en protesta por el muro seguido de un mitin en el campo de béisbol a menos de 200 metros de donde Trump estaba dando su discurso.
A pesar de haber perdido en las elecciones de medio término del año pasado, la popularidad de O’Rourke lo llevaría considerar su candidatura para 2020.
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Para la marcha tuvo el apoyo de ciento de grupos cívicos, de derechos humanos e hispanos, y al mitin asistieron miles de sus simpatizantes.
Trump no dejó pasar esto por alto y aseguró que, con un público que estimó entre 200 y 300 personas, "ese puede ser el final de su candidatura presidencial".
Por su parte, O’Rourke acusó a Trump de avivar el "falso temor" sobre los inmigrantes y decir "mentiras" sobre su ciudad, al asegurar que era un lugar peligroso antes de la cerca en la frontera.
"Aquí está una de las ciudades más seguras de Estados Unidos, seguras no por los muros, pero a pesar de ellos", afirmó O'Rourke.
Aseguró que era hora de que El Paso demostrara al país "que no hay nada que temer cuando se trata de la frontera de EE.UU y México".