Mientras funcionarios de la administración actuales y anteriores testificaron durante las audiencias púbicas de juicio político esta semana, el presidente Donald Trump y sus aliados republicanos respondieron a las acusaciones de que el mandatario exigió que Ucrania que investigue a su rival político a cambio de ayuda militar.
Esta semana, varios testigos declararon que los aliados de Trump, su abogado personal Rudy Guiliani y el embajador de Estados Unidos en la Unión Europea, Gordon Sondland, llevaron a cabo su campaña de presión sobre Ucrania.
El jueves, Fiona Hill, quien se desempeñó como experta en Rusia en el Consejo de Seguridad Nacional, describió su frustración con Sondland en julio mientras intentaba ofrecer a los ucranianos una reunión en la Casa Blanca a cambio de una investigación del vicepresidente Joe Biden.
"Estaba involucrado en un mandado político interno. Y estábamos involucrados en la política exterior de seguridad nacional. Y esas dos cosas simplemente habían divergido".
Hill también reprendió un tema de conversación de los republicanos quienes defienden los esfuerzos del presidente en Ucrania, que Kyev, no Moscú, estuvo detrás de la intromisión electoral en EE.UU. 2016.
"Esta es una narrativa ficticia que ha sido perpetrada y propagada por los propios servicios de seguridad rusos. La desafortunada verdad es que Rusia fue la potencia extranjera que atacó sistemáticamente nuestras instituciones democráticas en 2016", indicó Hill.
Mientras tanto, el presidente Trump continúa reiterando su mensaje clave.
"Esta es la última palabra del presidente de Estados Unidos, no quiero nada".
El presidente se refería al testimonio de Sondland el miércoles, describiendo una conversación telefónica donde Trump le había dicho que no quería "no quid pro quo", un ángulo en el que el presidente y sus aliados republicanos se han centrado durante toda la audiencia.
"Se han apegado mucho a ese lenguaje, a pesar de que muchos testigos entraron y describieron lo que es esencialmente un intercambio que es un quid pro quo. Al mismo tiempo dicen, sí, hubo un intercambio, no hubo quid pro quo, como si ese lenguaje quid pro quo fuera de alguna manera el criterio para decidir si esto era o no incorrecto, por lo que lógicamente no coincide", dice Jennifer Victor, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad George Mason.
Sondland recordó haber tenido una conversación con Trump el 9 de septiembre, el día en que los demócratas de la Cámara anunciaron que investigarán la retención de ayuda a Ucrania. Esto podría indicar que Trump tenía como objetivo exonerarse a sí mismo en la llamada. Pero analistas señalan que tales detalles pueden no ser importantes para la mayoría de los estadounidenses.
"Los entresijos de esto son difíciles. ¿Trump está a favor de Ucrania o en contra de Ucrania? ¿Qué está sucediendo exactamente? Eso es difícil para la mayoría de los votantes, lo cual, por supuesto, es la razón por la cual la mayoría de los votantes buscará fuentes confiables para ayudar a interpretar las cosas. Los demócratas van a buscar fuentes demócratas y los republicanos están buscando fuentes republicanas", dice Hans Noel, de la Universidad Georgetown.
Hasta ahora, las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses de todos los partidos dicen que nada de lo que escuchan en la investigación les hará cambiar de opinión sobre el juicio político o sobre el presidente Trump.