Cuando Donald Trump habló por primera vez con el presidente ruso Vladimir Putin después de convertirse en presidente de Estados Unidos, denigró el tratado de "New Start", un pilar del control de armas, como un mal negocio para Estados Unidos.
Cuando los dos se reúnan en Helsinki el lunes, es probable que analicen si extender ese acuerdo hasta el 2026 y qué hacer con otro pacto, el Tratado de Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) para intentar frenar una rivalidad nuclear de alto riesgo entre los dos ex enemigos de la Guerra Fría.
Ex funcionarios estadounidenses, expertos en control de armas y diplomáticos no esperan una decisión sobre la renovación de New Start o el Tratado INF en Helsinki, sino más bien, en el mejor de los casos, un acuerdo para que los expertos aborden los problemas.
"El resultado más probable es el reinicio de las conversaciones de estabilidad estratégica entre EE. UU. y Rusia", dijo Frank Rose, ex secretario de Estado adjunto de Estados Unidos para el control de armas que ahora es parte de los expertos de la Institución Brookings.
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Las últimas conversaciones entre Estados Unidos y Rusia sobre "estabilidad estratégica" -un término general para cuestiones relacionadas con el control de armas nucleares- se produjeron en septiembre y una ronda posterior programada para marzo se canceló, lo que refleja tensiones en la relación.
Un acuerdo para reabrir las conversaciones permitiría a ambas partes argumentar que están abordando un tema importante, un resultado que los analistas dijeron que podría atraer a los egos de los dos líderes, dejando que los funcionarios de bajo rango lidien con los detalles.
También podría ser un logro raro para los dos países en disputa por los cargos de que Moscú interfirió en las elecciones estadounidenses de 2016, la anexión de Crimea en 2014 y el apoyo a los separatistas en el este de Ucrania, que han desencadenado sanciones estadounidenses y su participación en lados opuestos de la guerra civil de Siria.
Antes de la cumbre, los diplomáticos rusos han enfatizado la necesidad de mantener conversaciones estratégicas sobre estabilidad, diciendo que los tratados de control de armas existentes se están deshilachando y temen que Washington se retire del tratado INF. Ambas partes se acusan mutuamente de violar el tratado.
"La idea de tratar con EE.UU. como iguales en esta área de armas nucleares, donde Rusia es la única otra nación en el mundo que es comparable a Estados Unidos, tiene cierto atractivo (para Moscú)", dijo un ex alto funcionario estadounidense.
"(Apela) a su sentido de tratar con nosotros como iguales, como la otra parte que usa pantalones largos en estos temas", agregó el ex funcionario, que habló bajo condición de anonimato.
Históricamente, el control de armas ha sido un área donde Washington y Moscú han podido hablar entre sí, incluso cuando su relación más amplia no ha sido buena.
El embajador de EE.UU. en Rusia, Jon Huntsman, dijo a periodistas que Trump y Putin probablemente discutirán sobre el INF y el New Start, pero no se hablará sobre si podrían llegar a un acuerdo.
Los diplomáticos rusos han hablado en repetidas ocasiones de la necesidad de iniciar conversaciones sobre la estabilidad nuclear estratégica.
El asistente del Kremlin, Yuri Ushakov, dijo que la cumbre podría producir una declaración conjunta que establecería las acciones que los dos países tomarían para mantener la estabilidad y la seguridad internacionales.
New Start, firmado en 2010, requiere que ambas naciones reduzcan sus ojivas nucleares estratégicas desplegadas a no más de 1,550, el nivel más bajo en décadas.
El tratado, que también limita los misiles desplegados terrestres y submarinos y los bombarderos con capacidad nuclear, vence en febrero de 2021, puede prorrogarse por cinco años si ambas partes lo acuerdan.
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Un funcionario de EE.UU. dijo que Trump estaría listo para hablar sobre New Start si Putin lo planteara, pero que no era una gran prioridad de los EE.UU.
El Tratado INF, firmado en 1987, requirió que ambas partes eliminaran sus misiles balísticos y de crucero lanzados desde tierra con rangos entre 500 y 5,500 km (310 y 3.420 millas).
Los expertos en control de armas dicen que hay una interacción delicada entre cómo Estados Unidos pueden manejar los dos tratados.
Un segundo ex alto funcionario estadounidense argumentó que Rusia necesita más que el New Start se extienda que Estados Unidos, en parte debido a sus restricciones presupuestarias, y expresó preocupación de que Trump pueda aceptar esto sin presionar por el cumplimiento de Rusia en el pacto INF.
"El peor resultado es ... que Trump piense que es un gran negociador y un gran controlador de armas ... (y le de) a Putin algo que Putin necesita mucho más que nosotros", dijo el ex funcionario bajo condición de anonimato.
Estados Unidos ha afirmado desde 2014 que Rusia ha violado el Tratado INF mediante el desarrollo del sistema de misiles de crucero de lanzamiento terrestre SSC-8. En 2017, Washington dijo que creía que Moscú no solo había desarrollado sino que había desplegado el misil, amenazando a los aliados de EE.UU. en la OTAN y a las fuerzas de EE.UU. en Europa.
Si bien hay informes publicados de que Trump aspiraba a ser un negociador de control de armamentos durante el apogeo de su carrera en bienes raíces, existe un profundo escepticismo entre los ex funcionarios estadounidenses, de que domina las complejidades del tema.
Además, Trump ha operado bajo la sombra de las sospechas sobre las conexiones de su campaña con Moscú, que están siendo investigadas por el fiscal especial Robert Mueller.
"El problema es que existe tan poca confianza en lo que hará el presidente que cualquier sugerencia de un acuerdo es automáticamente sospechosa", dijo Eugene Rumer, un ex oficial de inteligencia nacional de Estados Unidos para Rusia que ahora trabaja en la Fundación Carnegie de Washington para la Paz Internacional, un centro de estudios políticos.
Rumer sugirió que Helsinki podría producir algo así como la reunión de Trump en junio con el líder norcoreano Kim Jong Un, donde emitieron una declaración general sobre desnuclearización y dejaron los detalles a otros.
"Pueden acordar participar en una conversación robusta", agregó. "De manera similar a lo que sucedió aparentemente, en Singapur (...) la carga más pesada va a ser para los negociadores".