Rara vez una reunión de alto nivel ha sido tan complicada.
El presidente Donald Trump está dispuesto a visitar Moscú, si recibe una invitación formal de Vladimir Putin, dijo la Casa Blanca.
El mandatario ruso señaló que está listo para un viaje a Washington, pero su respuesta llegó solo después de que Trump se retractó de su invitación para una reunión en otoño.
El incómodo ir y venir es la ronda más reciente de drama que surge de la polémica primera reunión entre los dos líderes en Helsinki este mes.
Subraya el entusiasmo de Trump por forjar una relación más cálida con Putin, aunque el ruso no parece compartir la urgencia y los aliados de Trump en Washington observan con frustración.
El sí de Trump para un viaje a Moscú llega mientras los legisladores siguen presionando para obtener detalles sobre lo que Putin y él discutieron en Helsinki. El presidente ha sido ampliamente criticado por no denunciar públicamente la interferencia de Rusia en las elecciones estadounidenses de 2016.
La respuesta de Trump a las críticas -una invitación anunciada abruptamente para una segunda reunión en Washington en el otoño- recibió una fría recepción por parte de los republicanos en el Congreso que enfrentan duras elecciones en noviembre. Moscú no aceptó de inmediato.
Luego el consejero de Seguridad Nacional John Bolton dijo el miércoles que los planes para una visita de otoño se retrasarían hasta 2019. Citó la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la intromisión en las elecciones rusas como el motivo, usando el término favorito de Trump para la investigación: "cacería de brujas".
Pero la posibilidad de un viaje de Trump a Moscú surgió el viernes después de que Putin dijo que estaba listo para invitarlo o para visitar Washington, si las condiciones son las adecuadas.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders respondió que Trump "espera tener al presidente Putin en Washington después del primero del año, y está dispuesto a visitar Moscú si recibe una invitación formal recíproca".
Pero hasta este momento todo han sido palabras.
Es parte de "un juego de poder entre Putin y Trump", dijo la doctora Alina Polyakova de la Brookings Institution. La académica opinó que el Kremlin básicamente condujo todo el proceso en Helsinki, y "ahora estamos viendo eso nuevamente".
Trump apenas se encuentra en una posición fuerte porque "la cumbre de Helsinki fue un fiasco", indicó James Goldgeier, del Consejo de Relaciones Exteriores.
La Casa Blanca emitió un comunicado en el que expresó que Trump "dejó en claro que su gobierno no tolerará la interferencia extranjera en nuestras elecciones de ningún estado nacional u otros actores malintencionados".
Moscú ha retratado sus tensiones con Washington como resultado de que Trump se ve obstaculizado por disputas políticas internas y una "rusofobia" generalizada.
Al decir que está dispuesto a ir a Washington si las condiciones son "apropiadas", Putin subraya esa postura y ejerce presión sobre Trump para tratar de eliminar la oposición.
Su invitación para que Trump vaya a Moscú -ya sea que la invitación haya sido formalmente ofrecida o solo en espíritu- también parece presionar a Trump para que demuestre si es lo suficientemente audaz y perturbador como para resistir las críticas en casa.