El año inició con las promesas del presidente Donald Trump sobre un enorme crecimiento para las acciones del mercado bursátil.
En enero, el mandatario compartió su entusiasmo en relación con un “gran día” en Wall Street. Para junio, tuiteó: “El mercado bursátil está al alza casi 40% desde las elecciones presidenciales”. Cuando el mercado registró un máximo histórico el 25 de agosto, Trump tuiteó: “¡Felicitaciones Estados Unidos de América!”. Y hubo aún más emoción el 3 de octubre cuando expresó: “El mercado bursátil acaba de alcanzar un máximo histórico durante mi presidencia por 102da vez, por mucho un récord presidencial, durante menos de dos años”.
Ahora, a medida que se eliminan esas ganancias, el presidente atacó a la Reserva Federal por los problemas del mercado de valores y esos tuits están hundiendo aún más los precios de las acciones.
El lunes, las acciones cedieron un adicional de entre 2 a 3% luego de otro ataque de tuits por parte de Trump contra la Fed y el esfuerzo del secretario del Tesoro para calmar a los inversionistas que pareció haber empeorado la situación.
El mercado está en camino para registrar su peor año desde 2008 y su peor diciembre desde 1931, durante el abismo de la Gran Depresión.
Lea también: Fuerte caída en Wall Street por comentarios de Trump.
Durante gran parte del mes, se ha visto afectado por las preocupaciones sobre una desaceleración en la economía global, la intensificación de la disputa comercial con China y otro aumento en las tasas de interés por la Reserva Federal.
Las últimas dos jornadas, sin embargo, han estado marcadas por algo más: grandes pérdidas luego de los tuits del presidente en los que critica al presidente de la Fed Jerome Powell y al banco central.
El tuit matutino del mandatario el lunes acentuó los miedos sobre una desestabilización de la economía por parte de un presidente que quiere controlar a la Fed.
“El único problema que nuestra economía tiene es la Fed”, escribió el presidente. “No entienden el mercado, no entienden las guerras comerciales necesarias ni los cierres de gobierno de los demócratas por el tema fronterizo. La Fed es como un golfista fuerte que no termina acertando la pelota en el hoyo porque le falta delicadeza, ¡No sabe hacer un putt!”.
Peter Conti-Brown, un historiador financiero en la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania dijo: “Nunca habíamos visto algo como este ataque directo y frontal. Esto es un desastre para la Fed, un desastre para el presidente y un desastre para la economía”.
El secretario del Tesoro Steven Mchuchin hizo una ronda de llamadas a los directores de los seis bancos más grandes del país el domingo y dijo que le habían asegurado que tienen mucho dinero para financiar sus operaciones de rutina. Ello en un intento de calmar los nervios, pero solo planteó nuevos temores sobre la economía.
La mayoría de los economistas prevén que el crecimiento se desacelerará en 2019, pero no a una recesión. De hecho, muchos barómetros económicos todavía se ven alentadores. La tasa de desempleo es del 3,7%, su nivel más bajo desde 1969. La inflación está controlada. El crecimiento salarial se ha recuperado. Y los consumidores aumentaron sus gastos durante esta temporada navideña.
Los miembros de la junta de la Fed son nominados por el presidente, pero históricamente han tomado decisiones independientemente de la Casa Blanca. Trump nominó a Powell el año pasado para que asumiera el cargo de presidente.
Sin embargo, el presidente ha hecho pública su molestia en cuanto a la decisión de la Fed sobre aumentar las tasas de interés a corto plazo cuatro veces en 2018. Estas medidas están dirigidas a evitar que la economía se sobrecaliente.
Los comentarios más recientes del mandatario solo crearon más incertidumbre para los ya inquietos inversionistas que han visto cómo se evaporan todas las ganancias del mercado de este año.