Una operación de rescate de rehenes en Túnez contra atacantes presuntamente del grupo Estado islámico ha tenido éxito con la muerte de al menos dos de los extremistas, según informaron agencias de prensa.
Los terroristas dieron muerte a 19 personas, incluyendo turistas, y tomaron rehenes en un ataque a un museo este miércoles. Dos terroristas resultaron muertos tras la acción de las autoridades, y tres se dieron a la fuga, según medios de prensa.
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, condenó el atentado y solidarizó con el pueblo tunecino.
"Felicitamos a la rápida respuesta de las autoridades tunecinas a la violencia desenfrenada de hoy y sus esfuerzos por resolver la situación de los rehenes y restaurar la calma", señaló Kerry en un comunicado.
"Estados Unidos está con el pueblo tunecino en este momento difícil y sigue apoyando los esfuerzos del gobierno para avanzar por un Túnez seguro, próspero y democrático", agregó.
El ataque al Museo Nacional Bardo llevó a la evacuación del Parlamento de Túnez, cercano al museo.
Un vocero del gobierno dijo que unas 100 personas visitaban el museo cuando los dos atacantes ingresaron al lugar con rifles automáticos. Se desconoce quiénes son los asaltantes.
La televisión tunecina mostró imágenes de turistas adultos y niños huyendo del lugar protegidos por fuerzas de seguridad tunecinas.
La legisladora Sayida Ounissi escribió en su cuenta de Twitter que el edificio del Parlamento estaba siendo evacuado. Ounissi dijo que no tenían miedo y señaló que el Ministro de Justicia, jueces y varios oficiales del ejército estaban dentro del edificio en una sesión sobre la ley anti-terrorismo de la nación.
El museo es una de las principales atracciones turísticas de la ciudad, que presenta la historia de Túnez y alberga una de las mayores colecciones de mosaicos romanos en el mundo.
Túnez ha luchado contra la violencia de extremistas islámicos en años recientes, incluidos algunos vinculados con el grupo extremista Estado islámico.
Habiendo celebrado elecciones democráticas en 2011 tras derrocar a su presidente autoritario, Túnez ha sido uno de los países más estables de la región, pero ha luchado contra la violencia extremista islámica en años recientes, incluidos grupos vinculados con el Estado islámico.
También tiene extremistas vinculados con el brazo de al-Qaeda en el Norte de África que ocasionalmente atacan a las fuerzas de seguridad tunecinas.
Un desproporcionado número de reclutas tunecinos se han unido a los combatientes del Estado islámico en Siria e Irak.