El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, agradeció a su homólogo ruso, Vladimir Putin, la invitación para conversar sobre el derribamiento de un avión ruso en cielos turcos el año pasado.
En esa ocasión Putin describió el incidente como “una puñalada traicionera por la espalda”, rompió las relaciones, prohibió las importaciones desde Turquía, restringió la salida de turistas rusos y bloqueó a empresas turcas que trabajaban en el mercado ruso.
Este martes, en la apertura de las conversaciones en Moscú, Putin se mostró “complacido” de ver a Erdogan cara a cara.
“A pesar de las muy difícil situación doméstica su visita significa que todos nosotros queremos que se reanude el diálogo y las relaciones sean restauradas en el interés de los pueblos de Turquía y Rusia”, dijo Putin.
Moscú está interesada en reparar las relaciones con la esperanza de revivir proyectos económicos importantes, incluyendo un muy comentado oleoducto que llevaría gas natural ruso a Turquía, y la expansión de la influencia rusa en Siria.
Erdogan respondió reconociendo que “nuestra solidaridad ayudará a la resolución de los problemas regionales” y agradeció el apoyo de Putin tras el intento de golpe de estado del 15 de julio, que según dijo Erdogan “me complació, a mis colegas y a nuestro pueblo”.
