A principios de este mes la ciudad de México se convirtió en la primera ciudad de América Latina en regular Uber, anunciando reglas que incluyen un impuesto de un 1,5 por ciento por viaje, un honorario anual de permiso y un valor mínimo del vehículo.
La medida ha enfurecido a los taxistas que dicen que el gobierno local ha cedido a las demandas de la compañía con sede en San Francisco.
Un grupo de desconocidos atacó algunos vehículos que trabajan para la aplicación de transporte, cerca del aeropuerto internacional de Ciudad de México, lo que muestra lo serio de las tensiones entre Uber y los taxistas tradicionales.
Taxistas mexicanos protestaron frente a la embajada de Colombia, en la capital, cuando sus homólogos colombianos salieron a las calles en contra de la aplicación.
"Estamos aquí frente a esta embajada para mostrar nuestro apoyo y protestar por el descontento mundial de sindicatos de taxis legales que están en contra de estas aplicaciones transnacionales que perpetúan un crimen cada vez que transportar a un pasajero", dijo Ignacio Rodríguez, representante de la organización de taxistas en la Ciudad de México.
Aquellos detrás de los ataques acusan a Uber de operar desde las paradas designadas para los taxis tradicionales autorizados por el gobierno.
"Lo que pasó ayer es un acto gravísimo que condenamos y que es inaceptable en México o en cualquier otra ciudad del mundo. La violencia es inaceptable. Invitamos a todos a dialogar, y estamos dispuestos a trabajar con las autoridades y las asociasiones de taxistas para el beneficio de los ciudadanos", manifestó Lorena Villarreal, gerente de comunicaciones de Uber Latinoamérica.
No se informó de choferes o viajeros de Uber heridos en los ataques.