El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, firmó un largamente esperado acuerdo de libre comercio con la Unión Europea y dijo que este “puede ser el día más importante” para su país desde que se declaró independiente de la antigua Unión Soviética.
Casi inmediatamente, Moscú dejó claro que se reserva el derecho a reaccionar, pese a que el presidente pro-tempore de la UE, Herman Van Rompuy, insistía en que “no hay nada en estos acuerdos o en el acercamiento de la Unión Europea que vaya a perjudicar a Rusia de alguna manera”.
Poroshenko habló con los reporteros en Bruselas el viernes antes de la firma del acuerdo, que fue el detonante de las revueltas políticas del año pasado que eventualmente llevaron a la salida del gobierno prorruso de Viktor Yanukovych, y más tarde, a la anexión de la península Crimea por parte de Rusia.
Dijo que Ucrania usará esta oportunidad para modernizarse y agregó que el acuerdo es una muestra de solidaridad de la UE.
Otros dos exrepúblicas soviéticas, Georgia y Moldavia, también firmaron acuerdos de libre comercio con la UE el viernes, mientras las relaciones de Rusia con Occidente han llegado al punto más bajo por las tensiones en Ucrania.
Dimitry Peskov, un vocero del presidente ruso Vladimir Putin, dijo a las agencias de noticias de su país que el Kremlin va a responder al acuerdo “tan pronto como surjan las consecuencias negativas para la economía”.
A finales del jueves, testigos reportaron que miles de ucranianos hacían fila en los cruces fronterizos con Rusia en vehículos empacados con objetos personales, para cruzar hacia ese país, con la esperanza de huir de la violencia en el este de Ucrania.
El éxodo tuvo lugar horas antes de que un cese al fuego expirara, cuando ha habido pocos avances en las conversaciones que tenían como fin terminar con la mortal rebelión armada por parte de separatistas prorrusos.