Los mandatarios europeos fracasaron este viernes en su intento de cerrar su primer presupuesto común sin el Reino Unido, signo de sus diferencias sobre el alcance del nuevo impulso que quieren dar a la Unión Europea (UE).
"Lamentablemente, constatamos que no fue posible alcanzar un acuerdo. Necesitamos más tiempo", reconoció en rueda de prensa el jefe del Consejo Europeo, Charles Michel, recordando el agujero en sus arcas que dejó el Brexit.
La marcha en enero del Reino Unido, una potencia militar y económica, representa una pérdida de 12.000 millones de euros anuales para una UE con nuevas ambiciones climáticas y militares, que se suman a las tradicionales políticas como la agrícola.
Tras dos días de maratónicas discusiones a dos, a tres y multilaterales a puerta cerrada, la Comisión Europea presentó sin éxito una nueva propuesta en el 1.07%, que respondía a algunas exigencias.
"Las diferencias son aún demasiado grandes para llegar a un acuerdo", subrayó la canciller alemana, Angela Merkel, al término de la cumbre, avanzando que deberán reunirse de nuevo en una fecha que el jefe del Consejo debe todavía determinar.
Para el grupo de países ricos conocido como los "frugales" - Austria, Dinamarca, Países Bajos y Suecia - la solución pasaba por un presupuesto de un 1%, manteniendo sus actuales deducciones, y por recortar las ayudas a los agricultores y a las regiones.
Los Amigos de la Cohesión, una quincena de países defensores de esta política de ayudas a las regiones menos desarrolladas, se rebelaron contra el protagonismo de los "frugales", según el gobierno español, que avanzó un frente unido de éstos al final.
"Hemos rechazado un mal acuerdo (...) No es la Política Agrícola Común (PAC) la que debe pagar por el Brexit", aseguró el presidente francés, Emmanuel Macron.
La PAC y los fondos de cohesión, políticas históricas, representan el 69% del MFP 2014-2020, pero países como Alemania quieren priorizar las nuevas partidas destinadas a luchar contra el cambio climático o a la protección de fronteras.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, cargó contra la oposición entre "viejas y nuevas políticas" y los recortes en las primeras, defendiendo que el sector agrícola debe desempeñar un papel clave para lograr la neutralidad carbono en 2050.
Los controvertidos "cheques", la reducción en unos 5.000 millones de euros anuales en las contribuciones de Alemania y los cuatro países "frugales", también fueron un escollo en la negociación, con España y Francia llamando a poner fin al sistema.
El tiempo para llegar a un acuerdo apremia. La titular de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recordó que de no contar con un presupuesto para fines de año, populares programas como Erasmus podrían verse afectados en 2021.
A la espera de una nueva cumbre, el trabajo continuará. El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, aseguró haber recibido un mandato de los Amigos de la Cohesión para presentar junto a sus pares de Portugal y Rumanía una contrapropuesta.
Algunos países abogan también por incluir recursos propios en el saldo final. Von der Leyen precisó así que existe consenso sobre un impuesto al plástico para financiar el presupuesto, pero no así por incluir los derechos de carbono.
Más allá de las cifras, los europeos tienen entre manos el alcance del impulso que quieren dar a una UE tras varias crisis y en un contexto mundial en el que Estados Unidos presiona en el frente comercial y China y Rusia son fuente de inquietud.