Teresita Chávez Rodríguez, coordinadora regional para las Américas de Transparencia Internacional, conversó con la Voz de América sobre el informe presentado este jueves por la organización y aseguró que el mundo en general todavía tiene mucho trabajo por hacer con respecto al tema de la corrupción, afirmó también que la región está “estancada”
“El reporte no es bueno para ninguna región”, apunta Chávez, quien indicó que Europa sigue siendo la región percibida como menos corrupta, pero dos tercios de los 180 países están por debajo del promedio de 50.
En el caso específico de América, la coordinadora explica que la región está “estancada” por cuarto año consecutivo, con 43 de 100 puntos.
Este año, quisieron resaltar en el índice la relación entre el dinero, la corrupción y la política. Colocó como ejemplo las donaciones a campañas electorales, y aseguró que cuando se examina más de cerca los países que están en mejor puntuación, se puede ver que son naciones con buenas regulaciones al financiamiento electoral y que tienen buenos procesos de consulta para la toma de decisiones de políticas públicas, en contraste con los países por debajo de la media.
Entre las cosas que se pueden mejorar y que pueden hacer la diferencia, Chávez indicó a la VOA que para mejorar este panorama es necesario el empoderamiento de la ciudadanía y la protección de los denunciantes.
Las protestas sociales vistas el año pasado “son un buen indicio de que estamos despertando, de que el ciudadano común se está dando cuenta de la relación de la corrupción y que por ejemplo en su ciudad, su comunidad, no haya medicina o tenga una escuela sin maestro”, afirmó.
El más corrupto de la región
Mercedes De Freitas, directora ejecutiva y fundadora de Transparencia Venezuela, también conversó con la Voz de América sobre el informe y aseguró que si bien es preocupante, no le sorprende, y aseguró que para poder superar este mal se debe hacer un llamado a toda la ciudadanía
De Freitas explicó que este es un índice compuesto, en el que se utilizan diferentes instrumentos de evaluación, que salió la primera vez en 1995, y en el que Venezuela siempre ha sido tomado en cuenta.
“Nunca hemos tenido una nota sobresaliente (…) lo terrible es que a pesar de que hay estos termómetros, que indican que hay una enfermedad, que hay un problema grave, los gobiernos que hemos tenido no han asumido la responsabilidad de esta lucha”, afirmó.
Expone que el hecho de que Venezuela sea el país más corrupto de la región y el quinto del mundo refleja que ningún ente del Estado venezolano y del gobierno responsable “se ha preocupado de proteger al Estado venezolano y a la población venezolana de este terrible mal”.
“No nos sorprende (…) Lo que nosotros estamos viendo y evaluando todos los días es que aumentan todos los elementos que permiten, incentivan y premian la corrupción”, apuntó.
Esta situación se da en una compleja crisis económica, política y social en la nación suramericana. De Freitas apunta directamente a la corrupción como culpable, pues si bien este país petrolero ha tenido bonanza, dice que “esta corrupción se comió el dinero que iba para la salud. Se comió el dinero que iba para la alimentación, para la soberanía alimentaria, para la electricidad”.
El puesto 169 que Venezuela comparte con Afganistán, indicó De Freitas, es muestra de que se ha convertido en un país con una “institucionalidad de nombre”, pues no responde a sus ciudadanos “con servicios, unas políticas, el cumplimiento de unas metas”.
A manera de reflexión, indicó que las estrategias para poder salir de la corrupción van a requerir “inteligencia, mucha información, e invitar al país completo a que se sume a la lucha contra la corrupción”.
El diputado Daniel Antequera también declaró a la Voz de América y aseguró que el informe de Transparencia Internacional evidencia el drama de cómo se ha “pervertido a todo un sistema y a toda una sociedad incentivando a que se genere el tema de la corrupción” en todos los niveles.
Entre tanto, Perkins Rocha, abogado administrativista, profesor universitario y ex magistrado del Tribunal Supremo del país, abogó por la comunidad internacional para activar los convenios existentes “para atacar la corrupción como también un cáncer que fomenta este tipo de conductas delictuales (sic)”.
Para Jesús Ramón Oliveros, un ciudadano consultado por la VOA, la corrupción “es galopante, ya no se habla de corrupción, sino que son delincuentes”, pero indicó que hay reservas morales para detener esta situación.
*Colaboración Luisana Solano y Belén Mora