Los chilenos marcarán otro hito en el camino de escribir una nueva Constitución cuando este domingo elijan a los redactores de la propuesta de carta magna tras el fracaso de un primer intento, y lo hagan en un escenario político muy distinto al que rodeó el inicio del proceso hace cuatro años.
La elección popular de los 50 "consejeros constitucionales" sigue a la instalación en marzo de una comisión de 24 expertos nombrados por el Congreso, que han elaborado un anteproyecto sobre el que trabajarán los redactores a partir de junio.
El tiempo más acotado, el trabajo previo de los expertos, un órgano técnico que funcionará como árbitro y un menor número de asambleístas -un tercio de la disuelta asamblea constitucional cuyo proyecto fue rechazado en el plebiscito de septiembre pasado- son algunas de las diferencias formales entre ambos procesos.
También hay cambios de fondo: si el primer proceso, dominado por fuerzas de izquierda y denominados independientes, quiso ser más radical en sus propuestas, el segundo intento está fundado sobre 12 principios institucionales adoptados en el acuerdo de los partidos políticos al dar luz verde al segundo intento.
Entre esas bases destaca que Chile es un estado unitario, social y democrático de derecho y que el Banco Central es un órgano autónomo, entre otras.
"Si es que el primer proceso era altamente incierto, éste es mucho más cierto, o certero en lo que puede pasar. Es un proceso más tutelado, con órganos vigilando, expertos, abogados, personeros electos. Y son fuerzas tradicionales las que están dominando", dijo a Reuters Kenneth Bunker, analista político.
Hasta ahora, la comisión experta ha preaprobado normas para limitar la reelección presidencial, definir la posición de las fuerzas armadas dentro del gobierno y fijar umbrales de representación política para evitar la fragmentación de fuerzas en el Congreso, entre otras.
El órgano redactor trabajará durante cinco meses y el proyecto será sometido a un plebiscito ratificatorio el 17 de diciembre, de participación obligatoria tal como este domingo.
Otro ambiente
El entusiasmo inicial por dejar atrás la Constitución redactada en medio de la dictadura militar se ha desvanecido, con un ambiente social y político muy diferente al de fines de 2019 cuando se logró el acuerdo original tras un periodo de intensas protestas callejeras.
El amplio triunfo de la opción "Rechazo" en el plebiscito de septiembre, la pandemia de COVID-19 y la emergencia de otras preocupaciones entre los chilenos, como el avance del crimen, la desaceleración económica o la inflación, dejan poco espacio en la agenda para este nuevo proceso político al que se le ve con desdén.
"Estoy un poco cansada de la polarización. Voté por el 'Apruebo', quería una nueva Constitución y dejar atrás la de la dictadura, pero ahora estoy super descolgada. Hoy recién voy a mirar por quién votar el domingo", dijo a Reuters Paz Villafaña, de 31 años, encargada de una pequeña editorial, mientras paseaba a su perro en Santiago.
El gobierno del izquierdista Gabriel Boric por su parte, muy comprometido en el proceso anterior, se ha mantenido a buena distancia en un intento de evitar pagar los eventuales costos políticos, preocupado también de llevar adelante sus propias reformas a través de difíciles negociaciones con el Congreso.
Para el domingo los candidatos van en bloques: los partidos de gobierno y otras fuerzas de izquierda o centro van en dos listas separadas mientras que la derecha tradicional opositora compite sólo en una. También hay candidatos del Partido Republicano, de derecha dura, y del populista Partido de la Gente, que podrían cosechar buenos resultados, según analistas.
No hay encuestas recientes, amplias y precisas que permitan anticipar resultados del voto del domingo pero "es probable que ningún bloque o partido obtenga suficientes escaños para dirigir el proceso de forma independiente y sin compromisos", escribió la consultora Teneo.
Pero en un reciente reporte, JPMorgan dijo que "es interesante señalar que habría consenso en que listas de derecha (Republicanos y Chile Seguro) alcancen alrededor del 50 % de los escaños".
Unos 15 millones de electores están habilitados para votar el domingo.
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