Durante varias décadas, Kelly Callahan ha trabajado para el Carter Center global, institución sin fines de lucro, que brinda tratamiento y medicamentos a personas que padecen enfermedades tropicales desatendidas en algunos de los lugares más remotos y cálidos del planeta.
Es la necesidad de continuar llegando a esos lugares remotos y aislados, donde Callahan trabaja, lo que ha motivado a un grupo de profesionales la Universidad Northwestern en Illinois, a embarcarse en un proyecto por desarrollar una vacuna contra el el COVID-19 en aerosol nasal.
El proyecto podría dar paso a un hito que revolucione la prevención y el tratamiento de las infecciones por el virus, dijeron a la Voz de América sus desarrolladores.
“El final del camino no es dónde vive la gente, por lo que hay que ir mucho más allá del final del camino para entregar estas vacunas o estos medicamentos y, por lo tanto, mantener una cadena de frío se vuelve increíblemente difícil”, explicó, Callahan.
El desafío entonces es poder hacer que la vacuna llegue a cualquier rincón sin necesidad de una cadena de frío.
“Cualquier cosa que se pueda hacer para reducir la intensidad de la entrega, cualquier cosa que se pueda hacer para reducir los desafíos en la entrega hará que la entrega sea mucho más fácil”, afirmó Callahan.
Michael Jewett, médico de la Universidad Northwestern y quien está a cargo del proyecto afirma que éste “puede revolucionar la forma en que se pueden administrar las terapias antivirales”.
El profesional, junto a un grupo de profesionales del Centro de Biología Sintética de Northwestern, en asociación con la Universidad de Washington y la Universidad de Washington en St. Louis, usaron por primera vez supercomputadoras para diseñar un nuevo aerosol nasal de anticuerpos a base de proteínas.
Resultados Prometedores
La vacuna fue perfeccionada en pruebas de laboratorios con ratones y dio resultados prometedores en la lucha contra el COVID-19.
"Lo que tiene de especial la versión que creamos es que en realidad es eficaz para neutralizar todas las variantes de preocupación en este modelo de ratón". Dijo a la VOA Jewett.
Las pruebas mostraron que el aerosol de Northwestern superó a los tratamientos de anticuerpos actuales autorizados para su uso de emergencia pot la Administración de Drogas y Alimentos de EEUU (FDA). El aerosol nasal mantuvo la eficacia durante más tiempo y también redujo el nivel general de infección.
Lo anterior es para el médico “una de las características especiales de esta terapia antiviral”
El siguiente paso crucial para el aerosol nasal del equipo de investigación - que es más barato de fabricar, que no requiere almacenamiento en frío y que puede autoadministrarse - es determinar su efectividad en humanos.
De acuerdo con Jewett, es para esa etapa que actualmente se han asociado con una empresa de biofabricación “para ampliar la síntesis para las pruebas y, en última instancia, avanzar hacia la fase uno de los ensayos clínicos”.
El investigador afirmó que el proceso que desarrolló su equipo podría ser valioso en la lucha contra futuras pandemias.
“Así que creo que todos los elementos del tipo de plataforma que hemos podido implementar podrían reutilizarse para futuros virus que podamos enfrentar”, citó.
Por su parte Callahan, afirma que “esto podría cambiar las reglas del juego para muchos tipos diferentes de tratamientos, no solo para un tipo particular de enfermedad” sino para múltiples enfermedades.
Los ensayos clínicos para el aerosol nasal COVID-19 podrían comenzar a finales de año.
* Con colaboración de Lenny Castro, periodista de VOA, desde San Francisco.
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